CamisasUY propone transformar camisas de adultos en vestimenta para niños

Rodrigo Silvera, Alexandra de León y Armando Acosta y Lara llevan adelante CamisasUY, un emprendimiento social que recientemente golpeó las puertas de las redes sociales de muchos uruguayos. El objetivo es reciclar camisas de adultos para transformarlas en vestimenta para niños.

El 27 de noviembre Rodrigo publicó en su muro de Facebook que había comenzado un proyecto social junto a dos grandes amigos (Alexandra y Armando, Mamo). Anunciaba que recogerían camisas para reciclar en ropa para niños. Por ese medio solicitaba hilo, elástico, botones, parches y también personas para colaborar. La publicación se viralizó y pasó de muro en muro, la compartieron casi 500 personas y la red comenzó a construirse.

Entrevisté a Rodrigo y Alexandra el lunes 5 de diciembre. Era una tarde muy calurosa, yo aparecí con dos bolsas de camisas, una de ellas me la había dado una compañera de trabajo que se había entusiasmado con el proyecto, la otra estaba repleta de camisas de mi esposo. Rodrigo y Alexandra me esperaban cargados con prendas, algunas nuevas, incluso, que habían recibido como donación. Ya tenían casi cien a la espera de mutar en nuevas prendas para niños y niñas.

Rodrigo supo de la experiencia en Lima (Perú), se enteró por la publicación de unas amigas de su novia. Le encantó, ya que cuadraba con sus valores, y se entusiasmó, pues hacía mucho tiempo que pensaba en comenzar un emprendimiento de carácter social. Sabía que Mamo, con quien estudia Márketing en la UDE, se sumaría inmediatamente. Y también Alexandra que es Psicóloga y tiene mucha experiencia en trabajo social. Los convocó y la respuesta fue inmediata. Tan inmediata que se largaron al ruedo y todo comenzó a andar rápidamente. Muy rápidamente.

Mientras convocaban a sus conocidos a través de Facebook en la primera comunicación personal, Alexandra investigaba en internet sobre patrones de costura. Entre blogs, Pinterest y otras páginas, descartó moldes, se entusiasmó con otros y finalmente eligió los que, a su modo de ver, eran los más apropiados. Alexandra aprendió a coser con su mamá y ellas son, por ahora, las costureras oficiales del proyecto.

En ese momento, el emprendimiento ni siquiera tenía un nombre y debieron pensarlo mientras comenzaban a coordinar las primeras prendas que ya comenzaban a recibir. Dicen que, en el apuro, el nombre que les salió  no es muy original ni creativo, pero necesitaban “salir de eso, darle un nombre fácil y con mucha recordación”. Así que una vez bautizado el proyecto, que oficialmente se llama “CamisasUY”, necesitaban una identidad visual y Hernán Pérez (novio de Alexandra) diseñó una imagen que emana fuerza, energía y calidez, “todo lo que necesitábamos transmitir”. Después llegó el momento de crear una página de seguidores en Facebook y comenzar a publicar contenidos para darle un marco profesional. “Porque nos interesa que la gestión sea profesional, con este emprendimiento de carácter social queremos también desmitificar el Márketing que está muy denostado”, explica Rodrigo.

El lunes 5, además de las cien camisas que ya tenían recogidas, se habían sorprendido con una donación de la Mercería Cadi (hilos, elásticos, parches y botones). Fueron vehementes al comentar el entusiasmo de la gente, no solamente de los cercanos, sino de una gran cantidad de personas desconocidas que ya los había contactado. Y también dejaron claro que desean que otras organizaciones se sumen de la misma manera que lo hizo Cadi.

Con tantas camisas y los materiales para coser, el próximo paso es transformar las prendas en nuevas camisas y vestidos. Pretenden realizar prendas para niños y niñas de diferentes edades. Alexandra tiene varios patrones seleccionados y probados, pero les gustaría contar con la ayuda de diseñadores para darle un toque original al proyecto. También quisieran agregar elementos decorativos, si fuera posible, y una grifa en la que se mencione que las prendas fueron hechas a mano.

Rodrigo y Alexandra hablan con fervor, sonríen y se sonrojan ante los elogios recibidos. También deben explicar son solamente “un grupo de amigos reunidos con un fin común” y que les basta con ayudar solidariamente, no pretenden nada más, “no buscamos beneficio de ningún tipo, salvo ayudar”, explica Alexandra. Agregan que hay gente que los mira con escepticismo, pero ellos están llenos de entusiasmo. Saben que será difícil sostener el proyecto en el tiempo, pero confían en la recepción y solidaridad de la gente y en su capacidad de trabajo.

Todavía no saben qué organizaciones se beneficiarán con las prendas. Tienen que evaluar y definirlo rápidamente porque sueñan con realizar la primera donación antes de Navidad. Quisieran que fueran organizaciones con familias, niños y niñas que sientan el valor del trabajo a mano que hay detrás de cada prenda. Eso sí tienen claro, que les gustaría que existiese una sinergia ante los valores que hay detrás de cada camisa reciclada. Y al momento de soñar, imaginan el proyecto convertido en un taller de costura que, además, sirva para transmitir el oficio. “¿Y si nos transformamos en una escuela de costura o contamos con el apoyo de la UTU y de sus alumnos… ¡eso sería fantástico!”, dice Alexandra.

Por ahora, gestionan CamisasUY entre la confección de las primeras prendas y la búsqueda del material (máquinas de coser overlock o rectas, elástico fino, botones y parches, camisas de mujer o de hombre). No aceptan donaciones en dinero y salvo esa cuestión, necesitan de todo: en especial, diseñadores, modistos y costureras, y hasta servicios de cadetería y lavadero. Ya tienen más de 200 camisas y dos mercerías más se sumaron al proyecto, además de cuatro particulares (con más camisas, telas y cintas para decorar y ¡hasta encaje!). Alexandra, además de coser, coordina el trabajo con cinco costureras más y con el trabajo de muchos, este tejido de apoyo social se construye día a día.

Más info y contacto: CamisasUY en Facebook / camisasuy@gmail.com

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