Entre la medicina y el crochet

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Tatiana Wozniak (33 años) es médica, está finalizando la especialidad en Imagenología, y su vida laboral oscila entre policlínicas y un pasatiempo artesanal que lleva a niveles profesionales: teje muñecos en hilo. Desde hace un año, creó StoLat, su marca de amigurumis. “Sto lat es una expresión polaca, mis abuelos paternos eran polacos. Significa ‘por cien años más’, es una canción tradicional que se canta en cumpleaños y otras celebraciones. La idea es que mis muñecos, que son muy simples, sean duraderos en un mundo en el que todo es tan efímero”, explica la artesana.

“Tejo en crochet desde niña, la técnica me la enseñó una vecina. En la adolescencia hacía morrales, gorros y esas cosas. Hace un año aproximadamente comencé a ver en las redes sociales los amigurumis y empecé a buscar tutoriales. El primer muñeco fue horrible y me di cuenta de que me faltaba mucho por aprender. Justo mi cuñada iba a Buenos Aires y le pedí que me trajese un libro. Así aprendí la técnica, soy autodidacta y me ha ayudado saber leer diagramas de crochet”.

Los amigurumis son muñecos tejidos de origen japonés. Además, el nombre refiere a la técnica de tejido circular que tiene características singulares. Según dicen, son muñecos que tienen alma y acompañan a su dueño (niños o adultos) en el hogar, la escuela, el trabajo. Porque de la simpleza del muñequito emana ternura y sencillez. Los amigurumis suelen tener formas de animales reales o mitológicos, aunque también hay otras figuras y “se tejen desde un anillo pequeño que crece en espiral. A través de círculos concéntricos y continuos se crea la pieza. Al aumentar crece el círculo, si se teje recto se construye un tubo y al disminuir se cierra. Los tutoriales originales son complejos porque son en japonés y los esquemas son muy raros”, explica Tatiana.

Algo más que un pasatiempo

“Me encanta tejer, dice Tatiana, me desconecta. La técnica de amigurumis se teje en espiral y tenés que contar vueltas, se aumentan los puntos cada tanto y eso requiere mucha concentración. Estoy como fuera del mundo cuando tejo. Hoy en día todo debe de ser rápido y en la salud también, así que al llegar a casa me desconecto con el tejido. Tengo muchos pedidos, pero yo manejo los tiempos. Si alguien quiere uno ya, para mañana mismo, contesto que no porque no puedo hacerlo. El tejido, que demanda tiempo y requiere paciencia, convive conmigo desde hace años, pero creo que ahora le di más vida”.

Dice Tatiana que cuando estaba terminando la carrera de Medicina no sabía qué especialidad seguir e incluso se planteó estudiar algo vinculado al diseño porque siempre le ha interesado la moda y los temas afines. “Me prendo en cualquier curso de manualidades, hace poco hice uno de bordado mexicano. Me gusta lo manual y sé cuán difícil es vivir de esto. Una artesanía hecha a mano cuesta cara y no siempre es fácil que la gente pague por ese trabajo. Me encantaría vivir de esto y por ahora, al menos, procuro que el hobby no me dé pérdidas”.

Crear un amigurumi: tiempo, dedicación y técnica

El proceso de creación de un amigurumi requiere tiempo y mucha dedicación, ¡además de saber la técnica! Para Tatiana, la creación comienza con la búsqueda de información, datos e inspiración. “Busco patrones en Pinterest, en blogs y páginas especializadas como Etsy.  Voy armando tableros con ideas, tutoriales y proyectos a realizar. Elijo los diseños y los pruebo para ver la reacción de la gente. Si gustan, sigo adelante. Hay un hipopótamo que es encantador, pero me da muchísimo trabajo. Ya no me gusta tanto tejerlo porque lleva varios días. También miro peluches y si me gustan, busco cómo tejerlos con esta técnica. Y la familia siempre sugiere”.

Tatiana explica que hay muñecos que demandan muchos días. “Y mi tiempo se divide entre las policlínicas y el tejido. Es mi segundo oficio, cuando estoy en casa tejo todo el tiempo. Probé en diversos lugares de la casa y el que más me gusta es el comedor porque tiene mucha luz y me gusta tejer sobre la mesa de madera natural. Ahora estoy a full con los pedidos navideños. Tengo una lista y voy calculando el tiempo que me lleva cada uno porque si me atraso se complica. Con un muñeco mediano estoy aproximadamente dos días y tejo unas ocho horas por día. Hay que tejer todas las piezas, después rellenarlas y unirlas y finalmente están los detalles, como el bordado de los ojos. Además me ocupo de armar el paquete, de perfumar el muñeco, de sacarle fotos y de la entrega porque ¡lo llevo a la puerta de tu casa! Además compré un sello para la marca, para estampar en el paquete, me lo hicieron las chicas de Kit Creativo.

El alce y el panda con unicornio: sus favoritos en el prolífero mundo de amigurumis

Entre fotos de los muñecos, Tatiana confiesa que “el alce es el que más me gusta y me agrada el estilo nórdico con grises y otros colores neutros. Julieta [hija de Nicolás, su esposo] es la primera testeadora de los muñecos, evalúa colores y formas. Los muñecos no son solo para niños chicos, Julieta ya es grande, tiene 9 años, y a ella y a sus amigas les encantan. El panda con unicornio, que se llama “pandicorn”, es un proyecto mío. Hice solamente uno que se lo regalé a Julieta y realmente me gusta mucho. ¡Es original y es todo mío! Y ella lo adora”.

El alce, el panda con unicornio, el hipopótamo, el pato, la ballena, diversos conejos, un pingüino y un caballito conforman el mundo de amigurumis de StoLat. Todos son simpáticos y están prolijamente realizados. Tatiana explica que lo más fácil es tejer cabeza, cuerpo y patitas como un todo. Los brazos van aparte. Pero, según menciona la artesana, hay que mantener el concepto de unidad para que no se desarme, porque es importante pensar en la seguridad de los niños. Por eso, Tatiana no agrega etiquetas ni ojos, “busco piezas homogéneas que sean resistentes y seguros”. Los amigurumis de la marca StoLat son muy suaves porque la artesana usa hilo de algodón que es más noble y que permite el lavado en el lavarropas.

Por otra parte, el tejido debe de estar en el punto adecuado. “El muñeco no puede quedar ni muy apretado porque queda feo ni suelto porque se escapa el relleno. Debe de tener un punto justo. Hay que cuidar el tejido y también la cantidad de relleno. Me he preocupado por la combinación de colores, he investigado bastante. Me cuelga todo lo que involucra a los amigurumis”.

El futuro de StoLat

“En primer término, quiero recibirme de Imagenóloga y tener más tiempo para tejer amigurumis. Y diseñar mis muñecos.  Es difícil dar un paso más. Además de los pedidos de amigos, los que llegan por correo e Instagram, me han contactado de varias tiendas, pero no es fácil mantener la producción. En Casa Ernesta se pueden comprar y también he estado en algunas ferias. Quise ir a una en Paysandú pero no me dio el tiempo de producir en cantidad. Estoy en esa disyuntiva, si voy a tejer debo tomar menos horas de policlínicas porque no me da el tiempo. He pensado en buscar a alguien, pero creo que perdería identidad”.

Tatiana demuestra pasión por su pasatiempo que, en definitiva, hoy ya es algo más que una forma de “pasar el tiempo”. Se entusiasma con los detalles y agrega que tejer amigurumis le gusta “casi tanto como la Medicina y la Neurorradiología. Por ahora no me puedo dedicar solamente a la Neurorradiología, soy muy joven y debo recorrer un camino todavía. También sé que es difícil vivir de hacer muñequitos, pero si pudiera hacerlo no tendría ni que pensarlo. Ya he tomado la decisión de hacer menos guardias porque no quiero pasarme todo el día enganchada en la Medicina, prefiero dedicarme también a mi hobby que ya tiene identidad propia”.

Para divulgar su trabajo, Tatiana usa una cuenta de Instagram. Con entusiasmo y cierto asombro, agrega que “¡a través de las etiquetas me han contactado de otros países, a través de #stolat y #amigurumis he recibido mensajes de lugares lejanos!”. Las fotos de los muñecos de Tatiana resumen dedicación, esmero y técnica. Pasen, vean y déjense seducir por las formas y los colores de estos encantadores amigurumis.

1 comentario en “Entre la medicina y el crochet

  1. Hola Tati, soy Liliana Cavelli y quiero encargarte un caballo por ahora. Ya conocía tus virtudes pero estoy entrando a tu página xq me encanta y admiro lo que haces. No tengo apuro, es para una sobrina q está de 5 meses. Confírmame si podés. Beso y admiración

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