Entrevista a María Pía Vargas, Remolacha Diseño
Remolacha Diseño es una marca de productos textiles utilitarios, hechos a mano, con una estética muy cuidada en la que se destacan los colores y el capitoneado. La esencia del emprendimiento está en la cabeza, las manos y el espíritu innovador de María Pía Vargas (29), diseñadora industrial y apasionada de la máquina de coser —que maneja intuitivamente desde niña—. Ella estudió en el Centro de Diseño y cuenta que, de la experiencia de un padre artesano, valoró el trabajo desde el hogar; lo tuvo presente al momento de elegir una carrera primero y volcarse a un emprendimiento después.
Entre cafés, preguntas, respuestas y anécdotas, María Pía definió conceptos de Remolacha y narró metros de experiencia acumulada, porque es todo en el emprendimiento: quien diseña, produce, vende, entrega y hace las cuentas. Ella es una mujer elocuente y desinhibida, que cuenta y describe con pasión. Mezcla temas como si estuviera combinando colores y circunscribe historias como si se tratara del bies de una pieza. También anuda y cierra anécdotas y aprendizajes porque asegura que “en la vida de un emprendimiento siempre aprendés, también cuando te va mal”.
Me copé con el capitoneado que ahora es la marca registrada de Remolacha
Remolacha nació hace cinco años cuando María Pía estaba preparando el último trabajo de la carrera de Diseño Industrial. “Con una tela que me encantaba me hice una billetera y me copé con el capitoneado que ahora es la marca registrada de Remolacha. Es tan fuerte el concepto que siento que debe de estar presente en todos los productos. Es la seña de identidad, también la combinación de telas y el uso de los colores. Me juego con los colores, pero soy cuidadosa: dos estampados no van, tampoco mezclo cualquier tono. Cada producto tiene una combinación pensada y especial”.
Esa primera billetera fue muy elogiada, tanto que cosió otra que vendió inmediatamente. “Llegaron los pedidos, mi madre se copó y me empezó a ayudar. Elegí el nombre para la marca, que me rondaba de un trabajo de la carrera, y un amigo que diseñador gráfico lo resolvió muy bien: ¡dibujó Remolacha con toda la onda que tiene ahora!”.
Estoy atenta a las mejores y si son viables, las instrumento. A veces se me complica por los insumos, porque Uruguay es un mercado muy chico y no siempre consigo lo que quiero
La marca está orientada, principalmente, a mujeres en un rango etario muy amplio y también, cada vez más, a hombres que se interesan en implementos de diseño. María Pía se ha preocupado en profesionalizar sus productos estables: tres modelos de billeteras, una matera, un bolso, monederos y llaveros, cartucheras y contenedores. “Los clientes piden cambios y yo, además, pregunto a mis amigas. Testeo todo el tiempo. No tomo mate, así que la matera se la regalé a mi hermana y le pedí que sugiriera cambios. Estoy atenta a las mejores y si son viables, las instrumento. A veces se me complica por los insumos, porque Uruguay es un mercado muy chico y no siempre consigo lo que quiero”.
Además de buscar telas originales, algo que según repite María Pía es un tanto difícil, procura reciclar. Aclara que busca ropa en buen estado y las reutiliza porque es un valor asociado a la marca Remolacha. Si el tejido está en condiciones, intenta aprovechar todos los recursos. “Hay veces que se complica porque ciertas telas no son para determinados productos. Tengo que pensar en si lleva broches, las costuras, el bies, si se rasgará con facilidad, etc. Yo reciclo en mi casa, así que si puedo, reciclo en Remolacha porque ¡Remolacha es como yo, pero en marca!”.
Remolacha tiene cuenta en Facebook e Instagram y los productos se compran en Mandolín, Tristán, Mi otra yo, La Vitrina y La Esmeralda Santa Lucía. En breve, estará en Rocha y en San José. La gestión de las redes sociales la hace María Pía, porque “yo soy todo en Remolacha. Soy el cadete, el que hace las compras, el que diseña y cose. Soy el área creativa, la producción y distribución, ¡y el límite de crecimiento de Remolacha, también!”.
El tema con la costura es que soy muy detallista, quiero que todos los productos queden excelentes e iguales. Es un trabajo artesanal, pero con un código de calidad muy alto
A ese respecto, que caracteriza y limita el emprendimiento, comenta que ha estado pensando en delegar y sabe que la producción es un área crítica para el crecimiento de Remolacha. “Si logro ampliar la producción, sería genial, porque ahora tengo un stock limitado. El tema con la costura es que soy muy detallista, quiero que todos los productos queden excelentes e iguales. Es un trabajo artesanal, pero con un código de calidad muy alto. La costura tiene que quedar muy bien. Manejo con mucho cuidado el uso de las telas, la combinación de colores y también los hilos. Siempre trabajo con dos colores diferentes, por ejemplo, y tengo que encontrar a alguien que haga todo eso como yo”.
Ser y hacer todo conlleva sus dificultades y las herramientas de apoyo son vitales para administrar el emprendimiento. María Pía explica que tiene una planilla electrónica para las cuentas y para el stock. De un curso para emprendedores aprendió varias cuestiones, pero también confiesa que “nos enseñaron pila de cosas que no se deben hacer, pero yo las hago igualmente. Por ejemplo, veo cuántos elásticos tengo y compro cuando quedan pocos. Se supone que debo planificar el stock y hacer compras grandes para bajar los costos, ¡pero no tengo lugar! Mi casa está invadida por Remolacha. También guardo todo lo que puedo: los restos de guata, de polifón, de lo que sea. Porque si no sirven para los productos de la marca, pueden servir para otra persona”.
Es el mismo orgullo que sentía cuando era chica y veía a alguien en la calle con un mate tallado por mi papá
Emprender es desafiante y también puede resultar abrumador. Según María Pía, encargarse de los números, la producción, ir, venir, coordinar, salir a comprar, publicar en las redes y terminar los pedidos es agotador. La contracara es cuando ve que sus productos gustan, cuando un cliente vuelve a comprar y en particular se ha sorprendido, en un comercio cualquiera, al ver una persona sacar dinero de una billetera de Remolacha. “Es el mismo orgullo que sentía cuando era chica y veía a alguien en la calle con un mate tallado por mi papá”, agrega con satisfacción.
En relación con el futuro de la marca, la diseñadora cuenta que tiene, entre manos, otra iniciativa textil e industrial y que pronto deberá tomar una decisión al respecto. “Estoy en una encrucijada. Si ese proyecto cuaja este año, me dedicaré a ello porque tiene potencial de diseño y crecimiento. De lo contrario, seguiré profundizando con Remolacha con más productos y una línea para niños, algo así como RemoKids”.
En la cuenta de Facebook de la marca, el 1º de mayo María Pía publicó: «El mundo se mueve gracias a la suma de los pequeños empujones de cada trabajador honesto» (Hellen Keller). En la frase se resumen valores que sustentan el paradigma de atreverse, animarse, ofrecer y aportar. Remolacha es uno de los ejemplos de emprender con honestidad y causa, responsabilidad y constancia; Remolacha es testimonio de un pequeño empujón que deja una impronta en la sociedad.
Qué lindas cosas hace Remolacha!
Muy grata la entrevista que nos acerca Gabriela en su página.
Yo no conocía este producto y me pareció sumamente creativo el emprendimiento y creativa la emprendedora que » mete» ganas!
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Preciosa entrevista Gabriela ! Y precioso la historia de remolacha ! Me encanto .. este emprendimiento ! Felicidades
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Divino lo qué hace Remolacha!! Felicitaciones
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