Plaza Café, de Honduras, busca conquistar paladares uruguayos

Publicado en Alacarta / Publicado el 18 de mayo de 2019

Plaza Café llega a Uruguay desde Honduras, la región de Opalaca (San Juan Intibucá), con granos para cafeterías y góndolas y el deseo de instalar, próximamente, su cadena de cafés. Con representantes extranjeros y locales, tuvo lugar la presentación y maridaje el jueves 9 de mayo, en el piso 40 del World Trade Center Montevideo. La actividad estuvo a cargo de Roberto Guerra (en nombre de Santa Elena, establecimiento de producción), José Arnold Paz (ingeniero responsable de control de calidad) y el barista Alexis Sabogal.

Honduras es el principal productor de café de Centroamérica y la finca Santa Elena —de la familia Guerra Chinchilla— produce más de catorce variedades de café de altura. Plaza Café, su marca de especialidad, fue desarrollada hace cinco años para el mercado hondureño con venta de granos y servicio de cafeterías. Bajo diversos nombres comerciales, la empresa exporta microlotes a Chile, Estados Unidos, España, Italia, Suiza, Suecia y Ucrania, entre otros. «Nuestra familia tiene más de cien años en la producción del café en Honduras. Combinamos tradición e innovación agrícola. Producimos diez mil quintales de café, quinientos se dedican a los especiales, para mercados selectos, y hemos decidido destinar una parte de ese café especial para comercializarlo a través de Plaza Café Uruguay», explicó Roberto Guerra.

Plaza Café arriba a Uruguay con un café de la región montañosa de Opalaca. «Es una variedad arábica de las más antiguas. Es una generación dos, un catuai que ofrece versatilidad en acidez, por la altura en la que se produce. Es lavado y despulpado, no a mano, pero sí en máquinas muy antiguas. Es fermentado en pilates, pasado por canal de correteo y secado en patio. No lo secamos en máquina, sino en patio, para que preserve mejor sus características», explicó José Arnold Paz, especialista en calidad.

El tueste de Plaza Café para Uruguay será «un poquito más arriba que el tueste medio, un genérico para que le guste a todos», detalló Paz. Un tostado oscuro presenta una acidez menos pronunciada y un cuerpo más consistente; mientras que un tueste más claro realza la acidez y los sabores de la planta, y aporta un cuerpo más ligero. Con la selección del grano y el tueste, la marca hondureña busca «convertir a todas las cafeterías del Uruguay en especialidad y en la especialidad que le guste al público» porque, según el experto en café, la cuestión es responder a los consumidores con consistencia. «A los clientes les gusta ir a la cafetería y tomar el mismo café, encontrar el mismo sabor. Entonces, hay que considerar las cuatro “emes” del café: la mano (del barista), la máquina, el molino y la mezcla. Y una quinta: el mmm de quien lo toma».

Honduras tiene casi nueve millones de habitantes y más de un millón trabaja en el área del café. Además de ser el principal productor de granos de Centroamérica, es el tercero en Latinoamérica y el séptimo en el mundo. La finca Santa Elena, que es uno de los establecimientos más grandes y reconocidos del país, cuenta en su historial con la medalla de oro al mejor café del mundo en el tercer concurso de Cafés Tostados de Origen, realizado en París, en 2017.

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