Acerca de Gabriela Cabrera Castromán

Lic. en Comunicación / Lic. en Cs. de la Información / Mag. en Estudios Organizacionales

El café con la mejor ventana de Montevideo

Café Bacacay la diaria está abierto todos los días de la semana desde fines de marzo, ocupa un lugar emblemático y tiene una vista extraordinaria, con una ventana privilegiada que mira, de frente, al teatro Solís.

El Bacacay, en la esquina de Buenos Aires y Bacacay (Ciudad Vieja, Montevideo), forma parte de la historia de bares de la capital. Nació como El Vasco, tuvo su esplendor con la alemana Regina Rebmann (1995-2018), dos recuperaciones después y ahora vuelve a la escena con nuevos bríos. Es un bar tan emblemático que tuvo su propio ícono: una silla, tipo taburete, específica, diseñada por Rebmann y un amigo (Lucas Ríos Giordano, arquitecto).

«Simplemente vinimos a darle vida a un lugar histórico» —explica Nicolás Fumía, empresario gastronómico—. Hicimos una reforma, porque estaba muy oscuro, estaba todo muy negro. Tenía mucha onda de boliche nocturno, más que de un café».

El resultado es una armoniosa fusión entre luz natural y artificial, una gran barra de madera que concita la primera mirada, mesas y sillas oscuras, piso de grandes baldosas grises, madera en el techo, grandes ventanas con vidrios muy limpios, paredes blancas y celeste-turquesas.

Bacacay la diaria tiene servicio a la mesa, algo inusual en las cafeterías de especialidad. Según comenta Fumía, el propósito es «dar un servicio, generar vínculo, estar en contacto con el cliente: un valor que no se puede perder». Para acompañar esta impronta, los cafés llegan a la mesa y se sirven con sobrecitos de azúcar y edulcorante. No es una cafetería de especialidad dogmática, aunque las bebidas sí cumplen los requisitos de calidad en granos y en preparación. «Usamos el café de Brasil de Culto que es muy bueno. Es un café probado en el mercado, que se comporta muy bien», añade Fumía al respecto.

La apuesta es desafiante en un momento en el que la Ciudad Vieja, lamentablemente, parece languidecer una vez más. «Este es un punto turístico interesante, tenemos el Teatro Solís aquí», dice Fumía. Los dos volteamos la vista, estamos sentados al fondo, y el teatro nos responde con su gallardía.

El nuevo Bacacay tiene detrás un equipo estelar: los empresarios gastronómicos Martín Pittaluga y Nicolás Fumía; el estudio Menini Nicola y el artista plástico Alfredo Ghierra en el interiorismo; Atolón de Mororoa en comunicación y la diaria, un medio de comunicación que acaba de cumplir 17 años. Navegar con tantas expectativas, además de la huella del café, es una tarea que puede parecer colosal. Para lograrla, hay un servicio de diez personas y la «escucha permanente», agrega Fumía.

En diálogo con la cuna de la alta cultura del país, en una de las peatonales más encantadoras de la Ciudad Vieja, en un edificio construido en 1844 —que es Monumento Histórico Nacional desde 1976— en Bacacay la diaria sirven café de especialidad (Culto), té de autor (Cardinales), repostería y panadería del Río de la Plata (pan con grasa, marsellés, margaritas), almuerzos clásicos, tapeo nocturno y tragos. El horario es amplísimo y cualquier ocasión es propicia para tomar algo, mirar por la ventana y sentirse parte.

Café Bacacay la diaria (Montevideo) está abierto todos los días de la semana desde fines de marzo, ocupa un lugar emblemático y tiene una vista extraordinaria, con una ventana privilegiada que mira, de frente, al teatro Solís.

Café Bacacay la diaria
Bacacay 1306. Lunes y martes de 9 a 20 h. Miércoles a sábados de 9 a 00 h. Domingos de 17 a 00 h. Sin reserva (por orden de llegada).

Las múltiples capas de «Miramar», de la argentina Gloria Peirano, en el Mapa de las Lenguas 2023

La colección Mapa de las Lenguas 2023 (Literatura Random House) nos situó, en abril, en el mar. La primera escala fue en España y la segunda, con la rapidez que permite los libros, nos sitúa al otro lado del Atlántico, precisamente en la costa argentina, con la novela Miramar, de Gloria Peirano.

La obra había sido elegida en 2007 como segunda mención del Premio de Novela de Página12 y se reedita en el atlas con el que Penguin muestra las voces más novedosas de la literatura hispanoamericana actual.

Gloria Peirano —escritora, guionista, directora de cine y docente universitaria— plasmó en Miramar una historia de múltiples estratos a partir de una familia que se deshilacha con la muerte del padre.

La enfermedad que había descendido el volumen de la vida también dividió el mundo (el adentro y el afuera) a partir de la habitación en la que Rafael pasaba sus últimos días. Victoria, que era una niña de diez años, aprendió a cuidarlo con esmero y la literatura —leía Mujercitas con sumo interés— le permitió entrelazar la realidad y la ficción para sobrellevar ese momento en el que la dinámica se acelera y la voluntad de la muerte ya no puede perder velocidad.

El fallecimiento de Rafael cambió la dinámica familiar y marcó la vida de Victoria, porque los ausentes logran hacerse siempre visibles y no hay forma de disimularlos.

Además del padre, en otras capas, aparecen Miguel, exesposo de Victoria, y Julia, hija de ambos. En todo momento, está presente su madre, con quien mantiene un vínculo espeso y viscoso.

La autora reproduce sonidos, activa olfatos, muestra luces, sombras y colores entre la niñez de Victoria; las últimas horas del padre en la casa con una llamada telefónica peculiar y la posterior muerte; los días posteriores y el reacomodo; el nacimiento de Julia; la separación de Miguel; el presente. La casa de Miramar se habita y se deshabita, crece el pasto, se secan los rosales, las cortinas se ponen amarillas, hay intentos de refacción y finalmente es el ámbito en el que emerge un objeto que abre un nuevo filón.

La novela toma un giro policial y la protagonista comienza a ponderar datos, dudar y atribuir, evaluar y manejar hipótesis. La muerte de Rafael sigue hablándole y Victoria, con determinación, deja de ser aquella niña que ocupaba una «posición en la galería que la topografía de la enfermedad [le] tenía reservada» para involucrarse con el firme propósito de reinterpretar.

Aquella llamada telefónica finalmente pudo transformarse en una imagen reparadora, aunque los efectos de la muerte —que no tienen fecha de vencimiento— estarán siempre visibles.

Obra: Miramar

Autora: Gloria Peirano
Año y editorial: 2022, Literatura Random House, colección Mapa de las Lenguas 2023 (itinerario que recoge la literatura de 21 países hispanoamericanos a través de los autores más actuales)
Descripción: Ficción


Mapa de las Lenguas es un proyecto editorial panhispánico desarrollado por Alfaguara y Random House. Surgió en 2015 con el propósito de crear un territorio sin fronteras entre los veintiún países que hablan oficialmente el español. Los editores locales —de los países en los que operan agencias de Random House— eligen aquellas obras que, «dada su calidad literaria y su recepción crítica, merecen traspasar el ámbito nacional y situarse en un mapa sin confines, únicamente delineado por el lenguaje». A partir de los libros escogidos, los autores y los lectores viajan a través de la literatura más reciente. El Mapa de las Lenguas se convierte, de esta manera, en una ruta de lectura que permite conocer los talentos y las producciones actuales.

«La bajamar» de Aroa Moreno Durán: vivencias de agua y barro en el Mapa de las Lenguas 2023

El viaje propuesto por el Mapa de las Lenguas 2023 (Literatura Random House) continúa a través de las vicisitudes del mar. De la pampa argentina, con la propuesta de marzo, el libro de abril toca puerto en un diálogo femenino al otro lado del Atlántico. En La bajamar, la segunda novela de la periodista española Aroa Moreno Durán (Madrid, 1981), hay tres generaciones de mujeres y un siglo de historia española.

En esta obra, mientras la marea sube y baja, la autora permite que el fango deje al descubierto los sedimentos de la vida de Ruth, Adriana y Adirane.

En el País Vasco, con el regreso despojado de afectos Adrirane, se despliega un tejido de voces. La joven llega a la casa de Adriana, su madre. El vínculo entre ambas se interrumpió hace años. El hogar donde se encuentran fue la casa en la que vivió Ruth, madre de Adriana y abuela de Adirane. Esa vivienda, que huele a vacío, fue testigo de la violencia del mar y de la Guerra Civil.

Al igual que las redes de pesca, el contrapunto de estas mujeres atrapa y deja escapar los incidentes de la vida personal, familiar y del país.

La novela, que fue escrita en el aciago 2020, expone la fragilidad de las relaciones humanas, el dolor de las ausencias (de los que no están y de los que se han alejado), el miedo instalado en el cuerpo, la maternidad, la niñez en solitario, la pena y el machismo.

Esta es una microhistoria que permite proyectar a través de las mujeres de una familia marcada por el desarraigo de los vínculos que se rompen, por el ahogo del mar —que provee y que quita—, por la guerra y la injusticia. En las preguntas sin respuestas de estas tres mujeres hay historias de dolor, frío y hambre, pero también hay belleza y esperanza en una mirada, en una caricia, en un abrazo o en una canción.

En la mitad del libro, entre una marea y otra, busco a Aroa Moreno Durán en Instagram. La encuentro fácilmente y en la publicación de ese día aparecen Idea (con la proximidad femenina del nombre propio en la mujer) y Onetti. Con complicidad de una lengua y autores compartidos, el océano que nos separa se funde en símbolos comunes.

Buceo un poco más en su cuenta —el verbo es más que propicio—, indagando otros intereses para tender puentes. Avanzo en la lectura, quiero terminar La bajamar antes de que finalice el mes (hay una segunda obra del Mapa de las Lenguas en abril) y navego fácilmente. Me dejo deslizar, esquivo una ola, aunque también me mojo; hace frío en algunos momentos y en otros el sol refleja calidez y el mar se torna brilloso. Es la vida misma, porque en las vivencias de agua y barro de Adirane, Adriana y Ruth se condensa la riqueza de la existencia.


Obra: La bajamar
Autora: Aroa Moreno Durán (Madrid, 1981)
Año y editorial: 2022, Literatura Random House, colección Mapa de las Lenguas 2023 (itinerario que recoge la literatura de 21 países hispanoamericanos a través de los autores más actuales)
Descripción: Ficción

Mapa de las Lenguas es un proyecto editorial panhispánico desarrollado por Alfaguara y Random House. Surgió en 2015 con el propósito de crear un territorio sin fronteras entre los veintiún países que hablan oficialmente el español. Los editores locales —de los países en los que operan agencias de Random House— eligen aquellas obras que, «dada su calidad literaria y su recepción crítica, merecen traspasar el ámbito nacional y situarse en un mapa sin confines, únicamente delineado por el lenguaje». A partir de los libros escogidos, los autores y los lectores viajan a través de la literatura más reciente. El Mapa de las Lenguas se convierte, de esta manera, en una ruta de lectura que permite conocer los talentos y las producciones actuales.

El «Derroche» de María Sonia Cristoff continúa el recorrido del Mapa de las Lenguas 2023

La colección Mapa de las Lenguas 2023 (Alfaguara y Random House), que comenzó en Chile con Colombina Parra, cruza los Andes y en marzo propone leer Derroche, de la argentina María Sonia Cristoff.

Desde las primeras páginas —leí el libro en etapas, enmarañada en la agenda cotidiana— me pregunté sobre la forma; Cristoff parece querer salirse de las categorías y lo logra. El libro es una mixtura, tiene la riqueza de la fusión, de la sorpresa que brinda cambiar de página y encontrarse con un pasaje diferente que hila la heterogeneidad. En Derroche hay un catálogo de formatos de no ficción que dan forma a una historia de ficción.

En esta historia, Cristoff plantea una sátira sobre el trabajo. Lo hace a través de una carta que recibe Lucrecia, una joven «exitosa» —según los cánones del productivismo actual—. Vita, su tía recién fallecida, es la autora de la misiva y le plantea un enigma: Lucrecia podrá recibir dinero a cambio de una renuncia emancipatoria que implica «dejar de lado la fantasía nociva del rendimiento».

Entre párrafos del diario de vida de Vita —una infancia marcada por el anarquismo—, poemas, un telegrama, la fuerza argumental del ensayo, las referencias a otras obras y autores, la vida laboral de Lucrecia en un intercambio de correos electrónicos, se desencadena la historia que viabiliza la reflexión.

La carta y el dinero que recibe Lucrecia son un experimento. Como expresa Vita, su intención es «cambiar carrera por causa, adhesión esmerada por resistencia crítica». Cristoff procura convencer a quien lee, página a página, de un «conglomerado de humillaciones que el eufemismo de época llama cansancio». Lo hace a través de imágenes poderosas, cercanas y fácilmente decodificables: una niñez de conversaciones frondosas, una abuela con perfume pringoso, un padre que dice cosas que ponen la piel de gallina, adultos que se enmarañan en explicaciones, poemas sobre el trabajo doméstico, el ingreso universal, la esclavitud, la sociedad del metaverso.

En la obra hay un derroche de recursos; hay diversos formatos, reflexión, otros autores, diversas ideas. Además de las dos protagonistas, aparecen los padres de Vita y Valerio, un maestro que conversa con Vita de las «cosas que le interesan y de las que todavía no sabe que le interesan». También hay un jabalí y el libro se refleja en otra sátiras, por ejemplo, los cuadros del fraybentino Luis Alberto Solari; y hay más personajes que enriquecen la caracterización de la alienación actual, aquellas personas que le permitieron a Vita conseguir el dinero que ofrece a Lucrecia.

Derroche es una crítica sobre el trabajo como herramienta de manipulación, sobre la utopía como anhelo. Cristoff nos invita a imaginar la insurrección colectiva, a salirnos del constreñimiento del dinero, un «magma en el que se entremezclan explotación, muerte, humillación, injusticia y sometimiento».

Obra: Derroche
Autora: María Sonia Cristoff (Trelew, Argentina, 1965)
Año y editorial: 2022, Literatura Random House, colección Mapa de las Lenguas 2023 (itinerario que recoge la literatura de 21 países hispanoamericanos a través de los autores más actuales)
Descripción: Ficción


Mapa de las Lenguas es un proyecto editorial panhispánico desarrollado por Alfaguara y Random House. Surgió en 2015 con el propósito de crear un territorio sin fronteras entre los veintiún países que hablan oficialmente el español. Los editores locales —de los países en los que operan agencias de Random House— eligen aquellas obras que, «dada su calidad literaria y su recepción crítica, merecen traspasar el ámbito nacional y situarse en un mapa sin confines, únicamente delineado por el lenguaje». A partir de los libros escogidos, los autores y los lectores viajan a través de la literatura más reciente. El Mapa de las Lenguas se convierte, de esta manera, en una ruta de lectura que permite conocer los talentos y las producciones actuales.

Camila Sosa Villada: trovadora «queer» en «Soy una tonta por quererte»

Camila Sosa Villada (Argentina, Córdoba, 1982) es actriz, escritora y travesti. Estudió comunicación y teatro, comenzó el blog La novia de Sandro (su actual avatar) y con el biodrama teatral Carnes tolendas irrumpió en la escena argentina de manera contundente. 

Del mundo digital del blog, pasó al papel con los poemas La novia de Sandro (2015), la autobiografía El viaje inútil (2018), las novelas Las malas, Tesis sobre una domesticación (2019) y Soy una tonta por quererte (2022). Al igual que Carnes tolendas en las artes escénicas, Las malas tuvo un impacto revelador y no solo en la Argentina. La novela fue traducida a más de diez idiomas y en 2020, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara otorgó a la autora el Premio Sor Juana Inés de la Cruz.

La literatura femenina ha sido parte de la vida de la autora desde niña, a través de las novelas de Isabel Allende que su madre leía, luego el marco se amplió con el chileno Pedro Lemebel, el colombiano Gabriel García Márquez y el español Federico García Lorca; autores presentes en sus producciones artísticas. Pero el interés de Camila Sosa Villada, como lectora y como escritora, fondea en el mundo femenino, así lo deja claro en todo momento.

En sus obras, @lanoviadesandro ha abanderado la literatura transgénero. Si bien la producción literaria escrita y sobre personas de identidad de género diversa no es nueva, desde Las Malas, Camila Sosa Villada ha tonificado el subgénero con su experiencia de vida y la de otras travestis. También ha sumado los microcosmos de otras minorías igualmente discriminadas.

Sosa Villada pivota entre el realismo y la distopía, entre la descripción cruda de la vida cotidiana —en la que funde realidad y fantasía— y el realismo mágico latinoamericano. Es directa y, a veces, soaz; es siempre provocadora. 

Como un ave fénix, fue la vergüenza de su familia y hoy es la madre de sus progenitores. Esa dualidad perturbadora se refleja en los textos en los que La Grace y Don Sosa están presentes. Ambos inauguran Soy una tonta por quererte, la última obra de la autora que ha publicado en Tusquets. A través de nueve relatos, Sosa Villada presenta el mundo queer: la relación de los travestis con su cuerpo; el sexo y la prostitución; los vínculos hostiles y la violencia familiar; el incesto; las clases sociales y los prejuicios. Además de travestis, hay otras mujeres (niñas, jóvenes, adultas y viejas) que, por ser minorías, sobreviven al margen, y en las narraciones de la escritora cobran relevancia.

Camila Sosa Villada encarna la voz de esas experiencias de vida, a veces es médium y otras relatora, también trovadora. Con cambios abruptos en el relato y entre las narraciones, con remates inesperados y tajantes, es cursi (un miembro viril que es un «pececito dorado»), sagaz y divertida (llama a sus amigas con la «travaseñal»). Las descripciones que maneja logran escenas certeras: hombres con olor a Poett Campos de Algodón; novias tan extrañas como un cocodrilo albino; cuerpos que permiten respirar secretos a través de la piel. 

Además, Sosa Villada invita al mundo literario que lee y en sus relatos se inmiscuyen Bodas de Sangre, La casa de Bernarda Alba, Yerma y La Cándida Eréndida. También late la escenografía de Pedro Páramo y en la cosmovisión exótica que plantea hay lugar para una actriz pornográfica icónica en el Río de la Plata: la Coca Sarli. Todo sucede entre una horneada de scones, un mate, una cama (¡varias camas!), un convento, en un escenario argentino, mexicano o norteamericano. 
Soy una tonta por quererte permite que historias vulgares y dolorosas alcancen estatus literario, pues la autora hace del arte un medio para dar cuenta de diversas realidades. Al igual que el cine o las series, pero con los tiempos y los recursos retóricos de la lectura. El libro es una exhortación al abrazo de quienes, en el universo queer, viven presentes amargos y futuros aciagos.

Soy una tonta por quererte. Camila Sosa Villada. Tusquets, 2022.


Datos sobre la autora extraídos de Infobae, entrevista de Hinde Pomeraniec, 6 de marzo de 2022

El Mapa de las Lenguas 2023 comienza con «Otro tipo de música», textos breves de Colombina Parra

El recorrido 2023 del Mapa de las Lenguas (colección de Alfaguara y Random House) comienza en el Pacífico con Otro tipo de música. Desde los Andes, el catálogo de este año inaugura el viaje con una autora musical: Colombina Parra (Chile, 1970).

El primer libro del año, el de febrero, revela el debut literario de una chilena polifacética que es música, arquitecta y que, además, es hija del poeta Nicanor Parra (Chile, 1914-2018). Si bien la escritura ha acompañado la vida interior, el ejercicio artístico y el profesional de Colombina, la pandemia y las redes sociales fueron el pretexto para compartir sus textos de otra manera. Así, Facebook se transformó en un medio de expresión para liberar acordes y generar ecos en formato textual mientras creaba una ópera.

En 2022, estas reflexiones se transformaron en Otro tipo de música, libro publicado inicialmente en Chile y que ahora conforma el catálogo 2023 del Mapa de las Lenguas, el territorio sin fronteras de Random House.

En esta obra hay acordes, ritmos y canciones que, vestidos a través del texto, tienen la cadencia del rock. Colombina Parra confiesa que su intención es hablar de amor y lo hace bajo el escrutinio lapidario de Roland Barthes —«No se consigue nunca hablar de lo que se ama», frase con la que se inicia el libro—.

Para dar cuenta del amor, la autora despliega relatos breves, escuetos y próximos que ofrecen preguntas sin respuestas sobre los diversos estratos que conforman el concepto (asiduamente visitado en todas las artes). Hay perspectivas, miradas y reflexiones. Los temas que conforman el amor son heterogéneos y se suceden con la cadencia en la que aparecen en la vida: un día, Colombina recuerda a su padre, en otro aparecen su hermano y su madre, también están los tíos con sus guitarras, la vida, el trabajo, la historia y el presente, la muerte.

Los relatos viajan en el tiempo, con ritmos diferentes. Hay acordes introspectivos que hacen eco en quien lee y se instalan con resonancia. Otros son de escritura apurada, de carácter más efímero. Aparecen la infancia y la adolescencia; la pandemia a través de los miedos, la limpieza y los aplausos; la industria discográfica y la arquitectura; las masculinidades; la densidad de los vínculos; la historia y la actualidad de Chile (la pobreza y la riqueza con la brecha clasista de una sociedad fragmentada) y la maternidad, entre otros.

En los textos de Colombina Parra hay ironía, sagacidad y ternura. También se cuela cierta inocencia y, de repente con estridencia, aparece un concierto de artistas para dar un salto reflexivo y prender una luz enciclopédica a través de figuras como Carmen Berenguer, Mario Vargas Llosa, Ludwig Wittgestein, Bertrand Russell, Oscar Wilde, Marcel Duchamp, Enrique Lihn, Alejandro Jodorowsky, Enrique Lafourcade, Jorge Tellier, Ernst Cassirer, Martin Heidegger, Mick Jagger, William Shakespeare y Rem Koolhaas.

Otro tipo de música es, tal como se propuso la autora, un intento descriptivo del amor como eje de la vida. El menú de experiencias que la autora elige da cuenta de la multidimensionalidad del amor y de su riqueza expresiva.

Dice Colombina que en su espacio caben necesariamente una cama y un velador. A juzgar por el libro, también un cuaderno y un lápiz o cualquier instrumento que le permita dejar constancia de su mundo interior.

Obra: Otro tipo de música
Autora: Colombina Parra (Chile, 1970)
Editorial: Literatura Random House, colección Mapa de las Lenguas 2023 (itinerario que recoge la literatura de 21 países hispanoamericanos a través de los autores más actuales)
Descripción: No ficción


Mapa de las Lenguas es un proyecto editorial panhispánico desarrollado por Alfaguara y Random House. Surgió en 2015 con el propósito de crear un territorio sin fronteras entre los veintiún países que hablan oficialmente el español. Los editores locales —de los países en los que operan agencias de Random House— eligen aquellas obras que, «dada su calidad literaria y su recepción crítica, merecen traspasar el ámbito nacional y situarse en un mapa sin confines, únicamente delineado por el lenguaje». A partir de los libros escogidos, los autores y los lectores viajan a través de la literatura más reciente. El Mapa de las Lenguas se convierte, de esta manera, en una ruta de lectura que permite conocer los talentos y las producciones actuales.

La vida y la muerte más allá de la moral: «Cien cuyes», de Gustavo Rodríguez, Premio Alfaguara 2023

El jurado del Premio Alfaguara de novela 2023 eligió la obra Cien cuyes, del escritor Gustavo Rodríguez (Perú, 1968), entre 706 manuscritos originarios de Argentina, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, México, Perú y Uruguay. El ganador recibió 175.000 dólares, la publicación en simultáneo de su obra en Hispanoamérica y una obra del escultor Martín Chirino (España, 1925-2019).

Gustavo Rodríguez está en Perú; el jurado (Claudia Piñeiro, Javier Rodríguez Marcos, Carolina Orloff, Rafael Arias, Juan Tallón y Pilar Reyes), en Madrid y la audiencia, en Hispanoamérica. Es jueves 19 de enero y entre el calor del verano del sur y el frío español se celebra la rueda de prensa de la vigesimosexta edición del Premio Alfaguara de novela.

El escritor, que en la madrugada limeña se había enterado del premio, está frente a la cámara. En un entorno monocromático, casi minimalista, los únicos tonos de color son su camisa celeste y su voz entusiasmada que, por momentos, demuestra la emoción del reconocimiento. Un gato negro se pasea lentamente, con gracilidad. El felino va y viene, hace su vida sin darse cuenta de la notoriedad que por momentos cobra mientras el escritor responde las preguntas de periodistas y del jurado.

Crédito de imagen: @GustavoEscribe (Twitter)

Cien cuyes, novela que se enmarca en el realismo urbano latinoamericano, trata sobre la vejez, el cuerpo y la muerte en el marco de una sociedad clasistamente violenta. La protagonista, Eufrasia Vela, cuida ancianos que se deterioran. Al respecto, Rodríguez plantea algunas ideas que ayudan a comprender la riqueza de esta ficción. Dice, en un momento, que «admira a la mujer latinoamericana que se enfrente a la realidad para llegar a su plenitud» y más tarde agrega que estuvo atento al tono para no caer en la cursilería del menoscabo del cuerpo y que el recurso elegido fue el humor —«de un tipo tímido que lo usa como estrategia de relacionamiento». Además, afirma que esta es una novela que aborda la memoria («el hidrógeno en mi atmósfera literaria») y que es auténtica, pues ya no escribe para querer demostrar algo, sino con la obligación y la necesidad de «señalar cuestiones» de la sociedad actual.

«Es una novela hija de su siglo, que responde a la ola de conservadurismo que nos invade»

El libro, que tiene como correlato de la realidad el fallecimiento de su suegro, aborda el tabú de la muerte e invita a tratarla de manera natural. Si bien Cien cuyes puede leerse en clave de actualidad, es también un testimonio de la sociedad de los últimos años. «Es una novela hija de su siglo, que responde a la ola de conservadurismo que nos invade y que nos dice cómo vivir y cómo morir», explica Rodríguez. Al respecto, la escritora Claudia Piñeiro, presidenta del jurado, agrega que la obra «es absolutamente contemporánea y que no es moral, no juzga lo que deciden los personajes».

El título —que pareciera ser el aspecto más lejano a la realidad del Río de la Plata— refiere a los cuyes, roedores originarios de los Andes, que son mascotas, fuente de alimento, de medicina popular y parte de las ceremonias religiosas de los estados andinos. «Quise abrazar el término y una realidad denostada por cierto segmento de la sociedad», pues los cuyes —que la protagonista intenta comprar para cambiar su situación económica— son, según especifica el autor, una marca y un estigma social.

«Llevar un poquito de literatura peruana para ser un embajador de doble tránsito»

El 23 de marzo se publicará Cien cuyes en Hispanoamérica en simultáneo. El autor realizará una gira promocional con el propósito de «llevar un poquito de la literatura peruana para ser un embajador de doble tránsito, [además de] abrazar mucho».

Mientras esperamos que la novela esté en las librerías, hay dos invitaciones que también en simultáneo se despliegan: leer la obra del autor y recorrer los premios que Alfaguara otorga desde 1998.

Algunas de las obras de Gustavo Rodríguez

2001: La furia de Aquiles, Alfaguara
2003: La risa de tu madre, Alfaguara
2006: Trece mentiras cortas, Alfaguara
2010: La semana tiene siete mujeres, Planeta
2012: Cocinero en su tinta, Planeta
2016: República de La Papaya, Planeta
2018: Madrugada, Alfaguara
2021: Machista con hijas, Grijalbo
2022: Treinta kilómetros a la medianoche, Alfaguara

Historia del Premio Alfaguara de novela

2022: Cristian Alarcón, El tercer paraíso
2021: Pilar Quintana, Los abismos
2020: Guillermo Arriaga, Salvar el fuego
2019: Patricio Pron, Mañana tendremos otros nombres
2018: Jorge Volpi, Una novela criminal
2017: Ray Loriga, Rendición
2016: Eduardo Sacheri, La noche de la Usina
2015: Carla Guelfenbein, Contigo en la distancia
2014: Jorge Franco, El mundo de afuera
2013: José Ovejero, La invención del amor
2012: Leopoldo Brizuela, Una misma noche
2011: Juan Gabriel Vásquez, El ruido de las cosas al caer
2010: Hernán Rivera Letelier, El arte de la resurrección
2009: Andrés Neuman, El viajero del siglo
2008: Antonio Orlando Rodríguez, Chiquita
2007: Luis Leante, Mira si yo te querré
2006: Santiago Roncagliolo, Abril rojo
2005: Graciela Montes y Ema Wolf, El turno del escriba
2004: Laura Restrepo, Delirio
2003: Xavier Velasco, Diablo Guardián
2002: Tomás Eloy Martínez, El vuelo de la reina
2001: Elena Poniatowska, La piel del cielo
2000: Clara Sánchez, Últimas noticias del paraíso
1999: Manuel Vicent, Son de Mar
1998: Eliseo Alberto, Caracol Beach, y Sergio Ramírez, Margarita, está linda la mar (ex aequo).

El refinadísimo Polo Bamba Café

Desde fines de octubre, el paisaje cafetero de Montevideo, que parecía estar satisfecho, incorpora una nueva y elegantísima opción: Polo Bamba Café.

Refinada y cosmopolita, la cafetería del Hotel Montevideo tiene piso de damero, paredes vestidas de ornamentos, mosaicos y espejos, mesas de mármol blanco y modernas sillas de madera con inspiración Thonet.

En el conjunto, despuntan las macetas chinas, las plantas y los grandes sillones de terciopelo azul y verde. Hay distintas estancias, un mostrador alto con un cristalero que brilla y un patio exterior.

El ensamble de Polo Bamba Café —firmado por el argentino James Boyd Niven— es perfecto y seductor; nada está librado al azar y todo tiene estilo (¡hasta los manteles individuales!).

El horario es amplísimo y cada día de la semana se sirven desayunos, almuerzos, meriendas y cenas. Si bien Polo Bamba es el café del Hotel Montevideo, está abierto a todo el público, con precios accesibles desde la mañana hasta la noche.

El desayuno, un consumo fuera del hogar poco practicado por los uruguayos, incluye cafetería, pastelería y platos, opciones a la carta y el buffet, característico de la hotelería. El despliegue de Polo Bamba es amplio y tentador, sin abrumar, tanto para un desayuno parco como para uno más abundante.

La gastronomía, de sabores definidos y con porciones justas, es responsabilidad de Florencia Courrèges y Alejandro Morales (Cultural Alfabeta y Escaramuza), mientras que el café de especialidad es de Cultural Alfabeta, seleccionado y tostado por Álvaro Planzo, un referente del segmento nacional. Del proyecto, que también tendrá una arista cultural, participó el reconocido gestor Alejandro Lagazata (La Lupa Libros, Criatura Editora, Cultural Alfabeta, Escaramuza).

Con su nombre, este Polo Bamba honra el café literario más emblemático de Montevideo de fines del siglo XIX y principios del XX. Aquella cafetería, fundada por Francisco San Román en 1885 y ubicada en la zona de la Plaza Independencia, albergó tertulias de intelectuales, periodistas y estudiantes en un recinto al estilo parisino que, al igual que este, brilla en el Río de la Plata.

La generación del 900 (Florencio Sánchez, Ernesto Herrera, Roberto de las Carreras, Álvaro Armando Vasseur, Julio Herrera y Reissig, Alberto Zum Felde, Ángel Falco, Alberto Lasplaces y el editor Orsini Bertani, entre otros) se reunía en las mesas del Polo Bamba. Administrado por su nuevo dueño, Severino San Román, se transformó en el «Ateneo de la Bohemia», un espacio fermental que hizo que la anarquista Juana Rouco Buela, quebrando la moral burguesa del momento, comenzara a participar de la vida del café.

Cerró en 1913 o 1915 y junto al Tupí Nambá inició una tradición cafetera fermental que tuvo casi un siglo de esplendor.

Polo Bamba Café

Hotel Montevideo, 26 de Marzo y José B. Lamas. Además del café, el hotel cuenta con Polo Bamba Bar, en el piso 10, abierto de lunes a sábados desde las 6 pm.

«El mundo del café precisaba la Expo Café»

El año no ha cerrado, pero cuesta imaginar que el segmento cafetero uruguayo cuente con una actividad más congregante que la Expo Café, realizada el primer fin de semana de setiembre en el Laboratorio de Tecnología del Uruguay (Montevideo). A cargo de Useful-Media y Buen Café.app, la exposición recibió diez mil visitantes en dos días y tuvo treinta y tres puestos (diecinueve dedicados al café y los demás con productos accesorios).

Treinta personas trabajaron para la realización de Expo Café Uruguay. El espresso fue, obviamente, el rey del fin de semana. Se sirvieron miles. Las cafeterías se quedaron sin vasos. Los baristas se agotaron de explicar orígenes, puntajes y notas de cata, entre otros. El café —en todas sus aristas— era el tema en torno al que giraron las conversaciones.

«Fue una prueba para todos. No solo para nosotros, fue también la primera expo para la mitad de los expositores. Esto marca la pauta de que el mundo del café precisaba la Expo Café. Ya estamos trabajando en la próxima edición, especialmente en las que consideramos las fallas, que son tres o cuatro cosas que se nos fueron de las manos por el volumen de gente que asistió», explicó Santiago Fernández, en representación de Useful-Media y Buen Café.app.

Con un par de espressos, en la cafetería de Cultural Alfabeta, Santiago contó que, semanas después, siguen procesando imágenes y videos. El material —veinte horas de video y miles de fotografías— los emociona y también les sirve para detectar las mejoras. Se nutren, además, de los comentarios recibidos. «Queremos agregar mesas y sillas adentro, además de las que pusimos afuera. (…) Tuvimos un desborde de vasos y estamos viendo, para la próxima, los de degustación de vidrio, que se usan en catas y en demostraciones», agregó el organizador.

Para Fernández, la primera edición de la Expo Café les permitió generar marca. Se imaginaron una exhibición «demencial», a la altura de las que se realizan en Milán y Nueva York. Tuvieron que recortar presupuesto para que fuera viable, pero igualmente no escatimaron en ciertos detalles: las banderas en el techo, el alfombrado, la playlist, la calidad de imágenes y videos, las publicaciones en redes durante el fin de semana, y hasta una heladera con postres para niños.

El campeonato de latte art —con especial foco en las cámaras y pantallas para ver todo lo que sucedía— y las charlas tuvieron una especial curaduría. Cuidaron todos los detalles: la elección del equipamiento, la locación, los oradores y los temas.

Expo Café Uruguay hizo que los asistentes «sepan que hay otros cafés distintos, que hay marcas nuevas. (…) Muchos baristas me dijeron que se sentían en Disney. ¡Es que la gente quería saber y probar! En la próxima edición, vamos a profundizar justamente eso: que la gente sepa que hay algo más», detalló Fernández.

Mientras el equipo organizador planifica la segunda edición de Expo Café Uruguay, en su sitio web hay una tienda, que estará disponible un tiempo más, y planifican publicar información y videos de la exposición, además de pistas de lo que tendrá la edición 2023. «Esta fue la primera cita con el café; si la persona va con más información en la próxima, le va a parecer todo más interesante —resumió el organizador—. También queremos sorprender, así que habrá novedades». 

Crédito de imágenes: Expo Café Uruguay

Descripciones, escenas y diversas voces en la biografía de Mauricio Sabaj sobre Alejandro Atchugarry

Cuatro años de trabajo. Más de sesenta entrevistas. Una exhaustiva revisión bibliográfica. Fuerte apego a las herramientas intelectuales, ética periodística y solidez en la escritura. ¿El resultado? Trescientas ochenta páginas en las que el periodista Mauricio Sabaj retrata al político Alejandro Atchugarry (1952-2017).

En Alejandro Atchugarry. El héroe improbable —editado por Planeta—, Sabaj mira y explica; boceta, pinta y cincela; da la palabra a los entrevistados; cita frases publicadas en diarios, radios y TV. Su propósito, durante toda la obra, es mostrar la complejidad de un niño tímido, terco y empecinado que nació en un hogar con privaciones y que llegó a ser un abogado especializado en Derecho Civil, un político «zurcidor de diferencias» y el ministro de economía de la crisis uruguaya de 2002. Una persona que, con prematura muerte, entró al «panteón de los héroes de la patria» (pág. 384).

El periodista se ciñe a la cronología clásica, progresiva y lineal, que permite al lector acompañar la vida de Atchugarry. De esta manera se pueden comprender, con mayor facilidad, hechos políticos y económicos —minuciosamente explicados—, además de entender cómo la figura del biografiado va adquiriendo bríos y estatus. El lector se entera de los sucesos personales y públicos de Atchugarry, mientras Sabaj bosqueja una y otra vez su persona. Además de reparar en los aspectos físicos y en los intelectuales, el periodista presta atención a datos —algunos singulares y hasta divertidos— que recrean las múltiples vetas del biografiado.

Alejandro Atchugarry llegó al Ministerio de Economía y Finanzas de casualidad. El anterior ministro había renunciado y la situación económica del país era delicada; él se negaba a ocupar el cargo, pues no se consideraba apto y, además, les debía presencia y compañía a sus hijos (su esposa y madre de estos había fallecido de cáncer). Cómo lo convencieron o si se dejó convencer es parte de la épica que rodea su vida. La reunión en la que finalmente aceptó fue larga y Sabaj la describe con cuidado, el lector se exaspera, siente el agotamiento que había en ese lugar, hay tensión y el nudo, finalmente, se desata. La historia continúa con Atchugarry en el cargo que termina de forjar su estrellato político.

Dueño de una inteligencia superior, de una capacidad de trabajo inusitada, sin el cuerpo ni el ego de los grandes líderes, Atchugarry es considerado, por muchos, como el «salvador de la crisis de 2002». Sabaj se encarga y parece que hasta se obsesiona con encontrar las claves que llevaron a un ministro de economía a sobreponerse a un cargo que es demoledor y convertirse en una figura rutilante.

La honestidad, el trabajo (sobre la que el periodista vuelve una y otra vez), la confianza, la articulación, la escucha atenta y la consideración son las claves sobre la que el autor construye al biografiado. Todo está documentado a través de hechos y desde las voces de la familia, compañeros de trabajo, correligionarios y adversarios.

El libro tiene ritmo, a pesar de que el periodista introduce temas arduos (cuestiones macroeconómicas y presupuestales, entre otras). En estos momentos, el interés no decae. En los textos hay alternancia en el uso de enunciados largos y cortos. Algunos muy cortos. Hay cuidado en los remates de los capítulos, que concluyen y anticipan. Sabaj se muestra al margen, aparece en algunas entrevistas y se hace visible cuando se refiere a Atchugarry por su apodo: el Flaco. El recurso sorprende, quizás hasta desconcierta, y termina por generar una sintonía adicional ante alguien que tuvo el «poder para mejorar la vida [y la] habilidad para hacerlo» (pág. 280).

Obra: Alejandro Atchugarry. El héroe improbable
Autor: Mauricio Sabaj
Editorial: Planeta
Año: 2022
Descripción: No ficción