Café y COVID-19: incertidumbre y perspectivas

La pandemia por COVID-19, que ha modificado de forma abrupta la vida cotidiana de millones de personas, afecta particularmente a proveedores y consumidores de café. La cosecha, la comercialización del grano verde y las cafeterías han visto cómo su paradigma de floreciente crecimiento se ha quebrado. Según Radio Francia Internacional (RFI), la Bolsa de Café de Nairobi suspendió las subastas el 31 de marzo y, consecuentemente, los 700.000 productores locales no han podido comercializar la cosecha. Honduras está en confinamiento, la situación de Ecuador es alarmante, la de Brasil está cubierta por un manto de incertidumbre ante un posible estallido sanitario, y el café de India no ha podido salir del puerto de Bangalore. El panorama de la arábica es desalentador y, según los expertos, la distribución de los granos en Europa se verá afectada.

Parece ser que el café es una de las materias primas más golpeadas por el coronavirus. El cierre de miles de tiendas de Starbucks y de Luckin en China redujo el valor del commodity en un veinte por ciento. Además, el café venía lidiando con una depreciación bursátil desde mediados de 2019 (en la Bolsa de Nueva York, una libra de café llegó a valer menos de un dólar) con un efecto negativo a partir del anuncio de una cosecha récord en Brasil.

Las medidas de confinamiento más o menos severas que han adoptado los países han damnificado el consumo de alimentos. La alerta sanitaria decretada por el Estado uruguayo a mediados de marzo ha exhortado a la población a mantener el distanciamiento físico y las cafeterías, especialmente las pequeñas y medianas, se vieron perjudicadas inmediatamente. Muchas cerraron provisionalmente y otras han implementado servicios in situ o a domicilio con énfasis en el menú de bocados, en especial los dulces y los panes de masa madre.

Por su parte, los tostadores locales de mayor porte se abocaron a la venta y entrega de granos enteros y molidos. Con repartos propios o tercerizados, Cafetto Prado, Culto Café, Ganache Café de Especialidad, Seis Montes y The Lab Coffee Roasters —los tostadores capitalinos en funcionamiento— peinan Montevideo. Forajida Café y Colonia Roasters hacen lo propio desde Piriápolis y Colonia del Sacramento respectivamente. Estos cafeteros cubren el menudeo y también las cafeterías que continúan abiertas y que ofrecen granos para acompañar las propuestas de bocados.

En los hogares, los filtrados han ganado terreno y los baristas enseñan sugerencias y revelan trucos. En las cuentas de Instagram —la red social de moda en el café— hay publicaciones gráficas, historias, vivos y videos con especialistas locales y extranjeros que enseñan los detalles para preparar una prensa francesa, una V60, la AeroPress y hasta el sifón japonés, entre otros.

Para afrontar la venta cotidiana y remontar el incierto día después, los emprendedores uruguayos fidelizan a sus clientes y buscan captar nuevos segmentos. Seis Montes ha desarrollado estrategias de e-mail marketing, Dahianna Andino de Ganache estrecha lazos a través de las redes sociales, Verónica Leyton y Robert Flores de The Lab Coffee Roasters participan de un ciclo de vivos muy cuidados, Culto Café hace rápidas entregas sin costo adicional y Cafetto Prado dona el veinte por ciento de la recaudación de granos de café y de taza KeepCup a la ONG Brazo Solidario.

Mientras los consumidores publican fotos de sus tazas y confiesan cuánto extrañan el ambiente cafetero, otros actores se suman a la movida. Así, la plataforma cultural Círculo Café exhibe las ofertas de las cafeterías montevideanas que procuran quebrar la monotonía del confinamiento y el barista Raúl Martirené pondera la formación permanente con un webinar del que participó Alejandro Mouriño (argentino, entrenador de la Specialty Coffee Association, SCA). Pero, lejos de los animados discursos y las posadas fotos en las que tostadores, baristas y público muestran cómo responden, el panorama es incierto con personal en el seguro de desempleo, microproveedores sin trabajo e inversiones que vacilan.

El entorno cafetero ha sido fuertemente golpeado y las decisiones, como en el resto del segmento gastronómico, se deben tomar sobre la marcha, sin proyecciones y con los mayores recaudos ante una economía que ya está en recesión. Nadie sabe qué pasará la semana próxima porque «toda la industria del café tiene que adaptarse, hora a hora, a las incesantes perturbaciones», mencionan los especialistas consultados por RFI. En simultáneo, los consumidores aguardan expectantes y se vuelven más duchos en moliendas y tiempos mientras se preparan su taza, escuchan las listas de reproducciones de las cafeterías, leen consejos o miran videos. La narrativa del café de especialidad se ha construido a partir de las olas y, quizás, de la pandemia causada por el coronavirus surja una nueva etapa en la que, seguramente, los valores de solidaridad, comercio justo y cuidado ambiental se potencien todavía más.

«El fundamentalismo ahuyenta a la gente y el café es para todos». Entrevista con el entrenador Alejandro Mouriño

Especialización y repetición

Alejandro Mouriño es argentino; estudió gastronomía, y en Buenos Aires trabajó en dos grandes restaurantes de comida rápida. En un oportunidad, junto a varios compañeros, recibió una capacitación de treinta minutos sobre café, y pensó que algo no estaba bien. Si para preparar un trago tenía que degustar tres o cuatro whiskies, el café tenía que tener algo más que esos escasos minutos. Comenzó a buscar información y hacer cursos con los pocos especialistas que llegaban hace más de diez años a Buenos Aires. Después trabajó en una reconocida marca de café y actualmente tiene la suya (Índigo Coffee Roasters), además de dirigir la Academia del Café. «Me fui especializando en el tema. Fui a estudiar afuera y me formé con los ingenieros que hacen las máquinas de café para las grandes marcas italianas», agregó mientras preparaba meticulosamente las tazas de una cata.

El barista estuvo en Montevideo a principios de junio, fue el docente responsable de dos cursos (cata y métodos) que organizó Raúl Martirené, también barista. Y regresa el 10 y 11 de setiembre con el curso Barista SCA Foundation en el centro Formación Integral Gastronómica (FIG). Mouriño es el primer argentino en obtener certificación de la Specialty Coffee Association (SCA) para formar baristas, y ha dado cursos en la Argentina, Chile, Paraguay, Colombia y en nuestro país.

Este año, el entrenador participó de la Specialty Coffee Expo (actividad de SCA que tuvo lugar en Boston) como docente del curso Barista Skills nivel intermedio junto con capacitadores de Estados Unidos y Puerto Rico. «Fue muy motivador dar clases fuera de la región de habla hispana», agregó al respecto. «Vi que había una plaza y apliqué. Me eligieron y fue un gran honor. En Boston se hicieron competencias de barista y de métodos (brewing). El año pasado tuve la suerte de ver esas competencias en Ámsterdam, y esta vez fui como instructor. Lo mejor fue cruzarme con gente que sabe mucho».

De Boston SCA 2019, destacó el nivel de las competencias y la muestra de productos. «Desde una máquina, un molino, una envasadora, un paquete con un sistema novedoso, un filtro de agua o una balanza de precisión», comentó. Y él, que es fanático de las balanzas, se trajo una. Es japonesa e incorpora un cronómetro, se configura para mostrar el tiempo de vertido del agua para controlar la turbulencia. «Invierto buena plata en balanzas. Yo creo que en el café es difícil lograr la repetición en taza. Los tostadores tienen el objetivo de sacar siempre lo mismo de determinado café y yo intento, cuando capacito a los baristas, hacer énfasis a la repetición o el cambio, si es necesario. Entonces, la balanza es algo muy importante».

Un café que reúne

El día de la entrevista, durante el curso de cata, Mouriño preparó café desde la mañana. Era última hora de la tarde y lo primero que hizo, antes de comenzar a charlar, fue servir nuevamente café porque le atrae cómo «hace grupo». «Uno se va a juntar con su pareja y toma café y con amigos también toma café. Porque el café hace grupo. Entonces, a los que nos interesa, nos gusta sumar, mucho más que sectorizar», agregó mientras preparaba un filtrado en la V 60.

Al momento de las fotos, aclaró que era tímido. El fotógrafo esperó unos minutos mientras el barista se concentraba en la molienda, en el gramaje y en el agua. La confianza y un rico café hicieron que las poses llegaran solas, entre risas y sorbos, entre datos y anécdotas.

La mesa principal estaba repleta de tazas, vasos y papeles. En una lindera estaba la nariz del café, y en otra más grande se veía el despliegue de diversas cafeteras y los granos de tostadores locales que Mouriño pidió especialmente para trabajar; también un importante molino. Esas fueron las herramientas con las que puso en juego datos, información y técnica para «sumar porque quiero que el café sea inclusivo, no me interesa que sea exclusivo», comentó. Eso es lo que busca en las cafeterías que visita: buen trato y amabilidad, foco en el café y en lo que acompaña, ambiente acorde y sin estridencias. «Sin fundamentalismos porque ahuyenta a la gente, y el café es para todos».

Hacía más de un año que Mouriño no venía a Montevideo y se interiorizó por el desarrollo del café de especialidad. Comentó que, a pesar del poco tiempo de estadía, percibió y escuchó sobre «grandes mejoras y mucha gente que se anima cada vez más. Entiendo que Uruguay está un pasito más atrás que Buenos Aires, pero es normal porque Buenos Aires es una ciudad muy grande y con muchos cafés de especialidad. Veo que acá hay varias marcas, cafés de diferentes regiones y cafeterías interesadas en sumar clientes. Y eso lo más importante».

Fotografías: Javier Noceti


Formación Integral Gastronómica

FIG es la academia del barista y docente Raúl Martirené. Próximamente abrirá sus puertas en el Mercado del Inmigrante (San José 1312, Montevideo, ex Mercado de la Abundancia) con formación para «bármanes, talleres de tés, otras infusiones y café, por supuesto», aclaró el instructor. FIG estará en el subsuelo del Mercado, en un área en la que se instalarán diversas opciones educativas. Los cursos de café se realizarán con granos Amor Perfecto y accesorios Melita —filtros, portafiltros y molinillos, entre otros—. La academia inaugura su calendario de cursos con dos capacitaciones: Barista (desde el 16 y 17 de agosto, a cargo de Raúl Martirené) y Barista SCA Foundation (27 de agosto, responsabilidad de Alejandro Mouriño).