
El Eje Cafetero de Colombia reúne los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío, parte de Tolima, el suroeste de Antioquia y el norte y oriente del Valle del Cauca con cuatro importantes ciudades: Manizales, Pereira, Armenia e Ibagué. Esta zona andina presenta características naturales peculiares con el café como eje de vida y es parte de la región Paisaje Cultural Cafetero que fue declarada «patrimonio de la humanidad» por la UNESCO en 2011.
El café colombiano es reconocido en el mundo por su calidad y, en el ámbito de los granos de especialidad, ha logrado un posicionamiento significativo. Así, Colombia suma este atractivo entre sus riquezas turísticas. Además de conocer, entre otros, la icónica Cartagena de Indias, las cálidas playas caribeñas y las montañas de Medellín, el café se ha posicionado como un recurso turístico para los entusiastas en la bebida —la segunda en consumo en el mundo—.
Las agencias turísticas, atentas a las preferencias de los clientes, han sumado el café entre los viajes temáticos y Uruguay ofrece en 2020 una experiencia a cargo de Círculo Café y Tienda Viajes. «Los viajes temáticos —deportivos, fotográficos, de cine y gastronómicos— buscan que el viajero disfrute doblemente, tanto del propio viaje como del interés específico, en este caso el café», explica María Noel Landaburu, asesora de Tienda Viajes, una agencia que opera en el mercado uruguayo desde abril de 2018. «Es nuestra primera experiencia en este tipo de viajes. Nos gustó la idea de comenzar con el café porque apasiona a muchas personas. Además, Latinoamérica tiene varias zonas en las que el café es importante».
En la planificación y ejecución de este tipo de viajes, los referentes ocupan un lugar sustancial. Las agencias suelen seleccionar expertos en el tema y, en esta ocasión, Tienda Viajes escogió a la gestora cultural Andrea Abella, de Círculo Café. Entre ambas organizaciones definieron un programa de diez días —del 17 al 26 de mayo— con visitas a Bogotá, Pereira y Cartagena de Indias y con el café como hilo conductor. Durante casi tres meses definieron objetivos y buscaron locaciones. «Primero filtré lo que era muy turístico y en el Eje Cafetero busqué algo diferente para salir de lo que está muy trillado. En ese caso, trabajé con Ana María Llano Alzate, en Colombia. Ella tiene contactos en el área del café, gente que trabaja en fincas reales y que varios cafeteros de Montevideo ya conocen», agrega Andrea Abella. «El fuerte es todo lo que vamos a hacer con ellos. Las catas son reales, todo de calidad. También me contactó la representante de Juan Valdez en Uruguay para hacer algo en Bogotá y el día que llegamos vamos a tener una demostración de métodos».

El lunes 20 de enero comenzó la venta del paquete ¡Viví la asombrosa Colombia Cafetera! para quince participantes que viajarán con Andrea Abella y un agente de Tienda Viajes. «Es un viaje acompañado. Los viajeros no tienen que preocuparse por nada. Está casi todo incluido, solo dejamos algunas comidas afuera para que haya algo de libertad también».
La esencia de la experiencia ofrecida por Círculo Café y Tienda Viajes se centra en Pereira, capital de Risaralda (la ciudad más poblada del Eje). Ana María Llano Alzate —Café de Altura, emprendimiento familiar de café de especialidad— fue la encargada, en el terreno, de definir las fincas. «Lo importante es que no fuera un show, sino una experiencia real con caficultores y procesos reales. Ellos contarán historias de vida de familias con tradición cafetera», explica con acento caribeño. «Son fincas muy preocupadas por producir un café de especialidad. [Los caficultores] son muy cuidadosos en los procesos, desde la siembra a la tostión. Antes solo conocían del cultivo y no del resto de los procesos y ahora —a partir del interés de los cafés de especialidad de Colombia— son mucho más protagonistas que antes. Entonces, estas familias se han formado y conocen todo el proceso. Esto da calidad de información, y las personas que visitan sus fincas lo notan».

Ana María destaca los paisajes de la zona y describe, con orgullo cafetero, las montañas ubicadas a mil quinientos metros sobre el nivel del mar y el área fértil en la que no hay estaciones. «Todo es hermoso y muy verde. Los paisajes, a diferencia del rioplatense que es superabierto que te deja ver el infinito, te abrigan, como si fuera un nidito». Todo el año hay cosecha de aguacates, naranjas, plátanos y bananos, entre tantos cultivos, con una temperatura que oscila entre los dieciocho y los veintidós grados y con frecuentes lluvias.
«Recomiendo venir con ropa cómoda, pantalón largo para poder caminar entre los cafetales sin rayarse las piernas, bloqueador solar, un sombrero y algo para la lluvia. También cámara para las fotos y muchas ganas de tomar café. Viviremos experiencias completas con visitas a fincas, la recolección del café, los procesos de secado y demostración de filtrados, además de las degustaciones de los cafés que se producen en cada lugar», agrega Ana María con entusiasmo. Al respecto, Andrea Abella acota: «El espíritu del viaje es aprender más de café y conectar con lo auténtico. Vamos a ver la recolección y distintos tipos de secado de los granos. Es para personas que realmente están interesadas en el tema. En Bogotá y en Cartagena iré a varias cafeterías y los viajeros podrán acompañarme también, si gustan. ¡El que quiera tener sobredosis de café, la tendrá!».

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