Latas con café prensado en frío: el nuevo producto de Ganache

En medio de la pandemia causada por la propagación del COVID-19, Ganache Café de Especialidad agita el ambiente cafetero montevideano con una innovación. Además de propiciar el consumo de café en el hogar con los diversos métodos de filtrado, el equipo de Ganache se enfocó en el desarrollo de un nuevo producto: latas con cold brew (café infusionado en frío). El objetivo, según comenta la barista Dahianna Andino —directora de Ganache— es llevar el café de especialidad a los hogares a través de una nueva presentación.

El equipo de Ganache trabajó durante un año en el envasado de café macerado en frío, aunque la resolución llegó con el confinamiento. «Tenemos una clienta que todos los días pasaba por Ganache a tomar su cold brew. Como extrañaba la bebida, fue por el local un día en el que yo estaba preparando envíos, tomó su cold brew y me quedé pensando —explica la barista—. El tema nos rondaba en la cabeza: cómo hacer llegar la bebida a las casas sin que se rompa si elegíamos vidrio, que no fuera plástico porque nos preocupa el cuidado ambiental, y que no quedaran residuos al filtrar. Finalmente elegimos las latas y nos animamos a salir con la cold brew después de varias pruebas».

Si bien el nombre —que conlleva las dificultades inherentes a una voz extranjera— remite al frío porque hace mención al método de extracción, la bebida no es exclusiva de la temporada estival. Aunque es perfecta para mitigar el calor, el cold brew también se consume caliente. «Es una bebida para tomar todos los días porque es superamigable al paladar. Es energizante y estimulante natural, ayuda al concentración porque tiene mayor dosis de cafeína y es apta para celíacos. Además, nuestras latas de cold brew no tienen ningún tipo de conservantes ni azúcar agregada», agrega Andino.

Hay diversas maneras de realizar una infusión en frío y el cold brew de Ganache, con granos de una variedad de caparaó amarillo de la Finca Santa Rita (Brasil), reposa en agua natural durante veinte horas y lleva un doble filtrado para eliminar los residuos. La bebida resultante «tiene notas de frutas y una acidez muy leve. Es fresca, marida muy bien con leche y es perfecta para tragos», explica la barista.

Desde el 1.º de mayo, las latas con café filtrado en frío están en el mercado. Los pedidos se reciben por la web de Ganache y en el local de Ciudad Vieja (Ituzaingó 1333), que comenzó a abrir de lunes a viernes, por el momento. Para Dahianna Andino, este es el inicio de un proceso que responderá a las demandas del público. «Con leche entera o descremada, leches vegetales, tónica, en milkshakes, para tragos y para gastronomía; va con todo porque la cold brew es versátil», explica con entusiasmo ante el éxito de la primera partida que ya se acabó.

Además de los locales de Ganache, las latas (de 500 ml cada una) se venden en las tres sucursales de Pita y Oliva, y cuestan $ 220 cada una con una oferta especial de cuatro unidades a $ 750. La bebida dura tres meses y el enlatado es trabajo de Kara to Brew, emprendimiento responsable de la primera kombucha en lata del Uruguay.

El rubro cafetero se suma al Colectivo Gastronómico Uruguay

Atorrante, Botánico, Café Brasilero, Café del Mercado, Café Goes, Café del Lago, Capra Caffe, Coffee To Go, Culto, Doré, Escaramuza, Gourmand, La Excusa, Mon Amour Food & Coffee, Ramona y Sometimes Sunday Café conforman, junto a otros 170 emprendimientos culinarios, el Colectivo Gastronómico Uruguay (CGU). La iniciativa congrega a restaurantes, cafés, bares y foodtrucks uruguayos afectados por el avance del coronavirus.

Nicolás Fumía (Atorrante Café), Carlos Sarli (Inmigrantes MVD), Danny Sadi (Sushi True), Agustín Medina (Autoría), Javier Rocha (OPB), Martín Schwedt (Mandarino), Fermín Solana (Futuro Refuerzos) y Tomás Bartesaghi (La Corte) están detrás de la idea. «Somos un grupo de colegas preocupados en hacer algo con el Estado en relación con los gastos operativos que continúan cuando las ventas se paran. Estamos haciendo gestiones para flexibilizar gastos operativos como OSE, ANTEL, UTE e impuestos municipales», explica Nicolás Fumía, vocero de CGU.

El Colectivo comenzó a gestarse a mediados de marzo ante las medidas de alerta sanitaria tomadas por las autoridades gubernamentales que afectaron la circulación de personas y la disponibilidad de dinero. En consecuencia, la venta disminuyó de inmediato con sus correspondientes derivaciones. A principios de abril, estos emprendedores gastronómicos hicieron circular un comunicado para darse a conocer y un formulario para recoger participantes y necesidades. La adhesión fue inminente. Mientras tanto, comenzaron una campaña de difusión en redes sociales y el martes 14 de abril realizaron un vivo por Instagram. En el encuentro, más de cien personas presenciaron la charla que sostuvieron Carlos Sarli y Nicolás Fumía en la que informaron, entre otros temas, que el miércoles 15 de abril mantendrían una reunión en Secretaría del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

En el encuentro, los representantes de CGU presentaron a la Dra. Valentina Arlegui —directora general de la Secretaría— planteos vinculados a tres carteras ministeriales: Trabajo y Seguridad Social, Economía y Finanzas, y Desarrollo Social. «En la parte laboral nos estamos enfocando en flexibilizar el seguro de desempleo para que incorpore a todo el personal; hoy hay muchas personas que, por distintos motivos, no pueden acceder al subsidio. En Economía y Finanzas, todo lo relativo a préstamos blandos para que las empresas, sobre todo las más débiles, no tengan que cerrar y que tengan efectivo —que es lo que nos está faltando ahora— para que puedan sobrellevar el parate y la reactivación. Y con el MIDES queremos gestionar las distintas colaboraciones», agrega el vocero. «Tenemos gente que ofrece su tiempo para cocinar, por ejemplo. Otros que ya están trabajando con instituciones en la recolección de alimentos que se distribuyen como canastas alimentarias para los sectores más vulnerables y algunos ya elaboran viandas en la misma modalidad».

Además de las acciones nacionales y departamentales, desde la CGU se produce un video con un mensaje de concienciación social para cuando vuelvan a abrirse los locales. «Queremos contar sobre las medidas que se pueden tomar en relación con el servicio, la limpieza y la distancia entre las mesas —añade Fumía—. Los emprendimientos gastronómicos vamos a hacer todo lo posible para cuidarnos entre todos porque queremos que la gente vuelva a tomar un café, vuelva a nuestras mesas a comer». El núcleo de la organización también diseña una agenda con instancias formativas que se desarrollarán a través de Instagram. Consideran que es el momento propicio, pues muchos asociados han manifestado interés en refomularse, especialmente en el área administrativo-financiera.

«El colectivo tiene por delante el bien común por sobre los intereses individuales —insiste el vocero—. Hoy hay una emergencia y nos reunimos. La gente se sumó y eso es lo más importante. El foco es salir de la emergencia de la mejor manera posible». Para ello, desde CGU se trazan líneas de negociación, se suman ideas y se articulan colaboraciones que dan cuenta de la sinergia y de la importancia del trabajo en red.

CGU: Colectivo Gastronómico Uruguay
WhatsApp: +598 96 039 000
colectivogastronomicouy@gmail.com
Cuenta de IG: @colectivogastronomicouy

Fotografías de Javier Noceti, @javier.noceti

Café y COVID-19: incertidumbre y perspectivas

La pandemia por COVID-19, que ha modificado de forma abrupta la vida cotidiana de millones de personas, afecta particularmente a proveedores y consumidores de café. La cosecha, la comercialización del grano verde y las cafeterías han visto cómo su paradigma de floreciente crecimiento se ha quebrado. Según Radio Francia Internacional (RFI), la Bolsa de Café de Nairobi suspendió las subastas el 31 de marzo y, consecuentemente, los 700.000 productores locales no han podido comercializar la cosecha. Honduras está en confinamiento, la situación de Ecuador es alarmante, la de Brasil está cubierta por un manto de incertidumbre ante un posible estallido sanitario, y el café de India no ha podido salir del puerto de Bangalore. El panorama de la arábica es desalentador y, según los expertos, la distribución de los granos en Europa se verá afectada.

Parece ser que el café es una de las materias primas más golpeadas por el coronavirus. El cierre de miles de tiendas de Starbucks y de Luckin en China redujo el valor del commodity en un veinte por ciento. Además, el café venía lidiando con una depreciación bursátil desde mediados de 2019 (en la Bolsa de Nueva York, una libra de café llegó a valer menos de un dólar) con un efecto negativo a partir del anuncio de una cosecha récord en Brasil.

Las medidas de confinamiento más o menos severas que han adoptado los países han damnificado el consumo de alimentos. La alerta sanitaria decretada por el Estado uruguayo a mediados de marzo ha exhortado a la población a mantener el distanciamiento físico y las cafeterías, especialmente las pequeñas y medianas, se vieron perjudicadas inmediatamente. Muchas cerraron provisionalmente y otras han implementado servicios in situ o a domicilio con énfasis en el menú de bocados, en especial los dulces y los panes de masa madre.

Por su parte, los tostadores locales de mayor porte se abocaron a la venta y entrega de granos enteros y molidos. Con repartos propios o tercerizados, Cafetto Prado, Culto Café, Ganache Café de Especialidad, Seis Montes y The Lab Coffee Roasters —los tostadores capitalinos en funcionamiento— peinan Montevideo. Forajida Café y Colonia Roasters hacen lo propio desde Piriápolis y Colonia del Sacramento respectivamente. Estos cafeteros cubren el menudeo y también las cafeterías que continúan abiertas y que ofrecen granos para acompañar las propuestas de bocados.

En los hogares, los filtrados han ganado terreno y los baristas enseñan sugerencias y revelan trucos. En las cuentas de Instagram —la red social de moda en el café— hay publicaciones gráficas, historias, vivos y videos con especialistas locales y extranjeros que enseñan los detalles para preparar una prensa francesa, una V60, la AeroPress y hasta el sifón japonés, entre otros.

Para afrontar la venta cotidiana y remontar el incierto día después, los emprendedores uruguayos fidelizan a sus clientes y buscan captar nuevos segmentos. Seis Montes ha desarrollado estrategias de e-mail marketing, Dahianna Andino de Ganache estrecha lazos a través de las redes sociales, Verónica Leyton y Robert Flores de The Lab Coffee Roasters participan de un ciclo de vivos muy cuidados, Culto Café hace rápidas entregas sin costo adicional y Cafetto Prado dona el veinte por ciento de la recaudación de granos de café y de taza KeepCup a la ONG Brazo Solidario.

Mientras los consumidores publican fotos de sus tazas y confiesan cuánto extrañan el ambiente cafetero, otros actores se suman a la movida. Así, la plataforma cultural Círculo Café exhibe las ofertas de las cafeterías montevideanas que procuran quebrar la monotonía del confinamiento y el barista Raúl Martirené pondera la formación permanente con un webinar del que participó Alejandro Mouriño (argentino, entrenador de la Specialty Coffee Association, SCA). Pero, lejos de los animados discursos y las posadas fotos en las que tostadores, baristas y público muestran cómo responden, el panorama es incierto con personal en el seguro de desempleo, microproveedores sin trabajo e inversiones que vacilan.

El entorno cafetero ha sido fuertemente golpeado y las decisiones, como en el resto del segmento gastronómico, se deben tomar sobre la marcha, sin proyecciones y con los mayores recaudos ante una economía que ya está en recesión. Nadie sabe qué pasará la semana próxima porque «toda la industria del café tiene que adaptarse, hora a hora, a las incesantes perturbaciones», mencionan los especialistas consultados por RFI. En simultáneo, los consumidores aguardan expectantes y se vuelven más duchos en moliendas y tiempos mientras se preparan su taza, escuchan las listas de reproducciones de las cafeterías, leen consejos o miran videos. La narrativa del café de especialidad se ha construido a partir de las olas y, quizás, de la pandemia causada por el coronavirus surja una nueva etapa en la que, seguramente, los valores de solidaridad, comercio justo y cuidado ambiental se potencien todavía más.