Los cafés porteños: especialidad y seducción

En Argentina, el consumo de café es considerablemente menor al del mate, la infusión reinante (seis kilos de yerba mate per cápita por año frente a un kilo de café). Aún así, Buenos Aires es la ciudad de las cafeterías. La costumbre de consumir un espresso o un cortado está arraigada en el paisaje porteño desde el siglo XX. La aguda crisis de las cafeterías que afectó a Montevideo entre fines de los años 60 hasta la primera década del siglo XXI no fue tal en Buenos Aires. Con diversas estrategias —apuntalar a los Bares Notables con arraigo histórico, por ejemplo—, los cafés porteños subsistieron y, con el fervor del café de especialidad, el escenario del «oro negro» ha adquirido un nuevo vigor.

La apertura de cafeterías especiales está en alza (hay casi cien, según datos de Pablo Montes, presidente la Cámara de Cafés y Bares) y también la adecuación de los recintos cafeteros ya existentes que buscan estar a tono con las nuevas tendencias. Hay cursos para baristas y tostadores, y también para los consumidores que se sofistican día a día. Buenos Aires tiene una feria de café (FECA) que se realiza dos veces por año, un Festival y una Fiesta del Café, iniciativas de la periodista Sabrina Cuculiansky. Y, para acompañar esta exaltación, en 2019 se publicaron dos guías en formato papel para dejar constancia y no perder detalle de las rutas cafeteras.

María Belén Rivero García, de Upsala, coordinó la edición de Cafés de Especialidad. El libro se lanzó al público en mayo y recoge veintiún cafeterías que conforman el «mapa de una nueva cultura». El primer reciento es Coffee Town pues, según se menciona en la publicación, fue la cafetería de especialidad que inauguró la tendencia en Buenos Aires.

Pocos meses después, la Cafeteguía de Martín Dalla Zorza aportó una nueva mirada al mercado. Con más de cincuenta cafeterías, la guía incluye reseñas de cafés clásicos (El Tortoni y Los Galgos, por ejemplo) y de especialidad. Incluye, además, un mapa cafetero.

En ambos textos se recogen las tendencias con las que los actores del café —baristas, tostadores y clientes— dan vida al panorama porteño que amalgama las últimas peculiaridades internacionales con detalles locales. En las cafeterías de Buenos Aires hay tiendas pequeñas, grandes superficies, escuetas barras, rincones escondidos. Se despliegan íconos cafeteros (granos y métodos); importantes máquinas para preparar espressos; molinos finamente calibrados y datos de los cafés (país, altura, beneficio, tostado). Los baristas hilvanan historias y las cartas de bocados acompañan con opciones modernas, cuidadosamente seleccionadas que tienen como propósito elevar el café, la esencia de las cafeterías de especialidad.

Buenos Aires está en constante movimiento y se nutre de turistas y de emprendedores deseosos de ubicar a la capital en el concierto internacional del café. Así que dejarse tentar y guiar, permitirse la sorpresa, ampliar el paladar, escuchar sugerencias y confiar en el instinto son las sugerencias para conocer el «mapa de esta nueva cultura».


Conviene visitar el Obrador de Panes & Galletas en el amplio horario del brunch y con apetito. ¡Con mucho apetito! El local enamora y el café, que no es la estrella, acompaña con brillo propio. Diferentes ambientes, una puesta en escena de hogar, detalles cálidos y armónicos y porciones generosas hacen de Obrador un lugar para afincarse. El local se distancia de la estética del café, pero sabe cómo seducir a los cafeteros con la combinación de texturas de panes de masa madre y los granos de Ninina, una reconocida cafetería de especialidad. Obrador es una síntesis de todo lo que está bien.

Obrador de Panes & Galletas / Chile 524, San Telmo

Pequeño, elegante, masculino y de refinado gris. En una única estancia, The Shelter Coffee se rinde al café de especialidad en una de las calles más europeas de Buenos Aires. La cafetería se muestra con la intimidad de un club selecto, pero abraza al visitante con tazas de cafés bien tratados. Desde la máquina, el barista es el centro y, quien decodifique esos símbolos, sabrá que The Shelter es su lugar, un refugio de cuidada iluminación, con madera, cuero y contrastantes tazas de loza color bordó.

The Shelter Coffee / Arroyo 940, Retiro

El área de elaboración de bebidas de LAB Tostadores de Café de Belgrano es el corazón, como si se tratara de un restaurante con cocina a la vista. Así, en el medio del salón principal los baristas cortejan una imponente cafetera Dalla Corte. La barra, generosa en tamaño, rodea el corazón y ofrece diferentes vistas que permiten percibir el ritmo de los cafés. La estética es de laboratorio fabril con detalles de la narrativa cafetera y toques en rosado brillante. Los granos de dos grandes tolvas se mueven constantemente. Los datos del origen y del tueste están a la vista todo el tiempo porque, en ese laboratorio, son indiscutidamente los protagonistas. La carta de bocados que acompaña las bebidas tiene sabores y texturas de jugada combinación. En LAB todo es innovación.

LAB. Tostadores de café / Echeverría 1550, Belgrano

Usina Cafetera es pura hospitalidad. La casona de Recoleta tiene varios ambientes, una vidriera con vistosa pastelería y servicio a la mesa. Al igual que las clásicas cafeterías porteñas, el cortado llega con un minibocado dulce. Usina es la síntesis de dos mundos: ofrece granos seleccionados en bebidas cuidadosamente preparadas, los mozos portan insignias con su nombre, hay azúcar y edulcorante en la mesa y la carta es extensa con opciones desde el desayuno a la cena. Es una síntesis amalgamada que logra su mayor expresión en taza con extracciones para repetir. Por ello, además, tienen tarjeta de fidelidad, un detalle para volver una y otra vez.

Usina Cafetera / Antonio Beruti 2751, Recoleta

Cuervo Reducto es pequeño y multitudinario; moderno y desenfrenado. Es perfecto para una parada de recarga cafetera o para una pausa más decantada. El ambiente cafetero se respira antes de entrar y los símbolos de la «internacional cafeteril» —elocuente expresión del periodista Nicolás Artusi— hablan, sugieren, seducen. La Marzocco está bien a la vista y una tolva reluciente acompaña el estrellato. Hay, además, libros, cafeteras de métodos, paquetes con café, vasos y molinos expuestos en una toda una pared. Cuervo Reducto es ritmo y movimiento, es la revelación de cómo un espacio reducido puede mostrar con claridad las áreas de servicio, de circulación y de estadía. En síntesis, cómo servir buen café en pocos metros con personalidad.

Cuervo Reducto / El Salvador 4580, Palermo

Hacienda Coffee es una cafetería femenina en estética y hospitalidad. Tiene tremenda barra, mucha madera, iluminación cálida, una cafetera Rocket que muestra todo su encanto, arte en las paredes (un mural cafetero y un gran espacio para exhibiciones) y el área de tostado está a la vista. Todo es muy prolijo y los baristas están deseosos de compartir experiencias, recomendar cafés, aportar detalles de tuestes y sabores. Hacienda invita a quedarse y trabajar, a quedarse y estudiar, a quedarse para que el tiempo pase, para tomar buen café y degustar productos venezolanos que, con orgullo, han incorporado.

Hacienda Coffee / Armenia 1929, Palermo

Duca Caffè & Apericena es la esquina italiana del café porteño. Es el reino de @tanobarista, un lugar donde el café y la puesta en escena llegan a la máxima expresión de la justa elegancia. El barista prepara, explica, cuenta, describe y anima. Maneja una bellísima Victoria Arduino con celeridad y delicadez. Aporta detalles de la molienda, destila show y carisma. Y los cafés tienen balance entre técnica y arte, profesionalidad y creatividad.

Duca / Thames 1759, Palermo

Fotografía: Florencia Diano Borghini, @floraaad
Relevamiento y textos: Gabriela Cabrera Castromán
Buenos Aires, setiembre de 2019

La Feria Exigí Buen Café de Buenos Aires impulsa el crecimiento del rubro en el Río de la Plata

Lunes 2 de setiembre de 2019. Está frío en Buenos Aires. Muy frío. Al tiempo inhóspito, se suma una agreste economía, especialmente inestable después de las elecciones internas de agosto pasado. La semana comienza con el anuncio de medidas económicas para contener el tipo de cambio. Así, el «cepo al dólar» se inmiscuye en las charlas, desata largas filas en los bancos del microcentro, es tapa de diarios y tema principal en los programas radiales. El ánimo de los argentino es un bajón, muy distinto al jolgorio habitual. De repente, todo cambia. En el entrepiso del Four Seasons Hotel Buenos Aires se percibe una adrenalina diferente, se hablan otros temas, se respira otro aire. Y se toma café de calidad.

Desde el mediodía, el equipo de Exigí Buen Café (EBC), liderado por la periodista Sabrina Cuculiansky, lleva adelante su feria anual. Es la séptima, y cuenta con el auspicio de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés. Durante la extensa jornada, se realizan tres concursos: baristas, latte art, café y bebidas espirituosas, y desde el inicio hasta el final se sirve café.

Los puestos para probar bebidas, comprar granos, cafeteras o accesorios se despliegan en dos grandes salas. Cada 45 minutos comienza una charla o un taller sobre cafés de origen, el tostado, el agua, el servicio, etc. Los asistentes van y vienen. Toman café, prueban un espresso o un cortado. Buscan determinada marca, se decantan por un filtrado. Atienden las competencias que se desarrollan en los escenarios, y participan de las charlas.

En el Four Seasons hay ambiente de cafeína, hay música y gran show con luces azules y detalles en rojo en consonancia con los colores que identifican a EBC. Todo es armonioso y pulcro (los jueces, las azafatas y los miembros del equipo visten impecables uniformes).

«Están las marcas que tienen que estar: las históricas Café Fundador y Cabrales; Nestlé con sus máquinas superautomáticas y la gente de especialidad como Puerto Blest. Está todo muy lindo y muy completo. Gran espectáculo. Hay competiciones con muy buen nivel. Estoy feliz de poder cruzar el charco y tener competencias tan bien organizadas. Me encantaría que podamos tener algo así en Uruguay». Marcos Rossi, Amor Perfecto Uruguay

La acreditación incluye el derecho a probar ilimitados cafés, ver los campeonatos, y participar de las charlas abiertas que «siempre son un hit», comenta Cuculiansky, responsable de la idea y directora general de EBC. «Este año yo di dos workshops con cupos que se agotaron enseguida. «Uno de armonizaciones de café y vino y el otro de cafés y quesos. Probamos cafés de Etiopía, Nicaragua, Guatemala con un queso roquefort francés, uno de cabra, un provolone… Es increíble lo que pasa con el queso y el café». El público agotó los talleres, y también la venta general de entradas colmó las expectativas de los organizadores. A pesar de la inestabilidad económica, diez días antes se había vendido 30 % más de entradas que años anteriores. «Cada vez hay más interés», agrega la organizadora. «La Feria es amplia: es para el que le gusta porque le gusta, también para el más especializado y para el que tiene una cafetería».

Además de acentos porteños, se escuchan tonos de provincia entre los asistentes. Para la ocasión, también viajaron varios uruguayos involucrados en la temática. Requiere especial mención el barista Haroldo Darnauchans —que actualmente da clases de barismo en Che.co.ffee— que participó como juez líder en el concurso de baristas.

«Se destaca la charla con Agustín [Quiroga] de Puerto Blest. Y el campeonato de baristas es de muy buen nivel: exigente, profesional y prolijo. Los baristas que compiten están impecables y eso nos gusta. Siempre queríamos venir a la Feria y pudimos en esta oportunidad. FECA y la Feria ya tienen su historia, están muy cerca de Montevideo, y es bueno visitarlas». Ladislav Jelínek y Tomás Navrátil, Che.co.ffee

El interés por el café en el Río de la Plata se observa en la oferta creciente de tiendas de especialidad. Según explica Cuculianksy, el público inquieto que pregunta mejora la propuesta general. «El servicio no debe ser artesanal porque el barista debe aplicar una técnica y sacar los cafés siempre de la misma manera». Por otra parte, muchas de estas nuevas cafeterías agregan centros de tostado, y ofrecen «un lugar para sentarse y pasarla mejor. Ya no va tanto tomar un café de especialidad en la barra y listo. Aunque eso está muy bueno también, hoy las cafeterías de especialidad pueden asumir el alquiler de un lugar en el que podés sentarte y enchufar la computadora».

Al servicio se le suma la formación de emprendedores, baristas, tostadores y otros actores, comenta la periodista. «El mundo del café cambia constantemente. Mis talleres de hoy no son los de hace tres años». Para responder a un rubro tan complejo, Exigí Buen Café procura continuar con una propuesta que incluye un portal, FECA (un festival de café que se realiza dos veces por año), la Fiesta del Café y la Feria de EBC. «El desafío es, en cada una de las etapas del café, pensar qué está pasando, y qué contenidos hay que agregar para acompañar el crecimiento del café que es una industria muy nueva en Occidente y que está en constante investigación».


VII Concurso de Baristas. Ganador: Gianfranco Beretti (Usina Cafetera). El barista obtuvo el primer lugar luego de preparar dos espressos, dos cappuccinos y dos bebidas de autor. Fueron ocho los competidores preseleccionados entre cuarenta.

II Competencia de Latte Art. Los ocho lateadores participantes debieron mostrar sus habilidades al realizar un tulipán y una rosetta. En la final, los baristas ejecutaron un cisne y un diseño de autor. El ganador fue David Briceño.

II Torneo de Café y Espirituosas. Cinco bartenders midieron sus destrezas y Marco Antonio Pinto (barman en Victoria Brown) ganó el primer lugar luego de preparar un cóctel con café y otro con licor de café.


Cafés (y afines) presentes en la VII Feria EBC: Café Fundador. Import Coffee. Cabrales. Café Macchiato. Nescafé. Illy. Café Puerto Blest. La Tienda del Barista. CarmoCoffees. Caffè Vergnano. Capricornio Coffees. Isla de Baristas. La Motofeca.


Café para todos los gustos en la cuarta edición de FECA Buenos Aires / Mayo 2019
Sabrina Cuculiansky: enseñar sobre café sin fundamentalismos / Marzo 2019
Así nació Exigí Buen Café / Febrero 2019

Café para todos los gustos en la cuarta edición de FECA Buenos Aires

Nota publicada en Círculo Café / 10 de mayo de 2019

El sábado 27 y domingo 28 de abril se realizó FECA, el Festival de Café de Buenos Aires, organizado por el gobierno de la ciudad y Exigí Buen Café (EBC). Fue la cuarta edición y, durante el fin de semana, cincuenta mil personas recorrieron los veinticinco puestos de café ubicados en la Plaza República del Perú, en Palermo.

Además de café y bocados, hubo charlas y talleres, música y foodtrucks. El gobierno de la ciudad de Buenos Aires aportó la logística del programa Buenos Aires Capital Gastronómica y FECA mostró armonicidad en el diseño con luminaria vintage, banderines, cartelería, los puestos y un mobiliario urbano —reposeras, mesas, sillas, lonas para pícnic y grandes almohadones— propicio para relajarse y disfrutar de la actividad.

Había cafeterías de especialidad, tradicionales y, entre las notables (históricas), esta vez le tocó a Las Violetas. Con un montaje especial, este clásico café porteño recreó la esquina de Medrano y Rivadavia en la que se ubica desde 1884. «Al principio era difícil porque nadie entendía muy bien cuando yo convocaba», explicó Sabrina Cuculianksy, responsable de EBC y creadora de la idea. «Los cafés tradicionales no entendían cómo hacer para sacar sus mesas de la esquina de siempre, traerla acá y reorganizar su personal. Y los de especialidad, que generalmente son lugares más pequeños, también tienen que abrir un día de descanso, cerrar su local o conseguir una máquina prestada. Pero hoy, en la cuarta edición, todos quieren estar y tengo lista de espera, porque no solo es una difusión, sino un negocio».

Para Pablo Montes, presidente de la Cámara de Cafés y Bares de Buenos Aires, la sinergia de los diferentes actores hace posible este tipo de actividades. «Buscamos que puedan convivir los cafés de especialidad y los tradicionales. Notamos que todos se preocupan en brindar un servicio de calidad con materia prima de primera y con capacitación». FECA, que se hace dos veces al año, muestra la mejor cara del café de Buenos Aires y lo hace, además, con precios muy accesibles. «El Festival está dirigido a fomentar la actividad, entonces queremos que todo el mundo pueda probar distintos estilos y para lograr eso hay que tener un precio accesible. Ese es el esfuerzo que hacemos entre todos: vender a un precio acorde, para que la gente pueda probar».

La oferta de bebidas y exquisiteces se complementó con los talleres y las charlas sobre los granos de especialidad, el café y el deporte, los métodos para el hogar, cocinar y hacer cócteles con café. También hubo algunos encuentros más técnicos sobre el desafío de las cadenas, cómo abrir una cafetería, los secretos del tueste, el espresso perfecto, el latte art y la sustentabilidad en el proceso del café.

La cuarta edición de FECA comenzó con un sábado inhóspito, con persistentes lluvias y  particularmente pegajoso. A pesar del mal tiempo, a media mañana el mercado de puestos estaba listo para ofrecer sus cafés, con los baristas y cafeteros expectantes. Y el público no falló. «El sábado, el hashtag era “TodoPorElCafé” porque, a pesar de la llovizna, se veía a la gente, con paraguas, tomando café sentada en el pasto y, en el auditorio, escuchando las charlas. La impresión es que el café está creciendo; la gente está cada vez más fanatizada, se anima a probar y los que ya conocen siguen saliendo. Cada vez hay más gente en este club de fan del café», comentó Cuculiansky, responsable de EBC.

El domingo amaneció despejado y luminoso. El barrio, que se caracteriza por amplios espacios verdes, jardines y árboles, desplegó su encanto con la temperatura propicia para un paseo al aire libre. Fue el marco ideal para el cierre de FECA que mostró un espectáculo genuino en torno a una bebida elegida por jóvenes y adultos, baristas, cafeteros, tostadores y mozos con moñito, porque, como sintetiza Cuculianksy, «el café nuclea diferencias».  

FECA en sorbos: las razones por las que hay que ir, tomar varios cafés, y volver a la siguiente edición y volver a la siguiente edición
—La amplia oferta de cafés de especialidad.
—Los buenos precios con opciones desde $ ARS 30 por un espresso y $ ARS 400 para 250 gramos de café de especialidad.
—La buena onda con la que los baristas explican sobre los granos, el tostado y los métodos que ofrecen.
—Las bolsas con café para mirar, tocar y oler de la Cámara de Cafés y Bares de Buenos Aires.
—La larga fila en ÖSS Kaffe para probar bebidas y charlar con Fernando Iglesias Molli, dueño del local, arquitecto y responsable de crear una cafetería que es una experiencia para los sentidos.
—El despliegue de cafés, tés y especias de El Gato Negro.
—Los libros de Nicolás Artusi (Café y Manual del Café) y el de Sabrina Cuculiansky (El Libro del Café), periodistas argentinos, especialistas en el tema.
—Las tazas de cerámica que simulan loza de Exigí Buen Café.
—Los bocados clásicos (las medialunas porteñas), los reversionados (los alfajores de coco y dulce de leche), los gigantes (las palmitas con chocolate) y los más nuevos (los rolls de canela).
—El Red Hot Chilli Cappu de Hábito que incluye salsa Tabasco, chocolate amargo, café y leche.
—El Cinnamon Latte de Plácido Café Bar que tiene almíbar de canela, café, leche caliente y crema batida.

Así nació #exigíbuencafé

Nota para Círculo Café / Febrero de 2019

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La periodista Sabrina Cuculiansky (Argentina) toma café desde los 10 años. En «El libro del café», de su autoría, detalla la experiencia de su primera taza. Preparado con filtro de tela y muy endulzado, ese café «fue uno de los sabores más ricos» de su infancia. Mucho tiempo después, como periodista, se interesó profesionalmente en el tema y se convirtió en una experta.

Como miembro del jurado de la World Barista Championship (WBC), «veía que se presentaban muy pocos baristas y pensaba, entonces, cuándo iba a poder tomar un buen café». Cada vez que pedía uno, «generalmente horrible», sacaba una foto, la tuiteaba y usaba #exigíbuencafé en reclamo de una bebida digna. Así nació, en 2013, Exigí Buen Café (EBC): una plataforma de difusión del café de calidad.

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«Quise juntar el café con la gastronomía y reposicionarlo en la Argentina, llevándolo a otro lugar. Por eso elegí el hotel Four Seasons [de Buenos Aires] para el encuentro anual de Exigí Buen Café». EBC, que se hizo por primera vez en 2013, nuclea cafés de calidad, «de grano molido, arábica o, muy buenos blends, si son robusta». El café de especialidad está presente en EBC con el Concurso de Baristas «por la adecuación a las reglas internacionales, pero no por los puntos. En Argentina no se habla de puntos, ni siquiera en los vinos, porque importa más si te gusta o no te gusta en el paladar».

Además de EBC, Sabrina organiza FECA y la Fiesta del Café, también en Buenos Aires. FECA (Festival de Café) es una feria que recibe, durante un fin de semana, cerca de 50 mil participantes. Se hace desde hace 7 años con cafés tradicionales y de especialidad. «La gente tiene la posibilidad de probar las dos cosas: puede pedir el café clásico de toda la vida y que compra siempre, y también animarse a probar un filtrado y entender qué pasa en la movida de la especialidad».

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La Fiesta del Café es su iniciativa más reciente y se realizó, por primera vez en 2018. «EBC ya está arraigado y van los fanáticos del café de especialidad, que cada vez hay más. Pero yo sentía que, después de lograr posicionar ese café, estaba dejando afuera un montón de gente que toma el café que tiene y sin pensar demasiado. Entonces, con la Fiesta del Café me enfoqué en el café y la gastronomía, los tragos y la música. Hoy, gracias a esta movida, llegamos a otra gente y los bartenders más famosos de Argentina están usando café para los tragos».

El abril de 2019 tendrá lugar FECA y a fines de mayo la Fiesta del Café con gastronomía, tragos y DJ. Será en una gran disco, «para que la gente flashee y seguir posicionando el café cada vez en más ámbitos». Y EBC continuará en el elegante Four Seasons porteño, en agosto, procurando superar la última edición en la que se sirvieron 25 mil cafés para 4 mil visitantes.

Sabrina Cuculiansky (ARG) es periodista, dirige la sección gastronomía de la revista del diario La Nación y escribe sobre vinos, café y gastronomía. Es la responsable del portal http://exigibuencafe.com/ y autora de «El libro del café» (editorial Catapulta) que, en Uruguay, se vende en Escaramuza y en La Librería del Mercado.

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Barras, cuevas, grandes espacios y los notables: cafés de Buenos Aires

Buenos Aires tiene setenta cafeterías de especialidad, festivales de café, tiendas para baristas, periodistas que cubren el tema, una “cafeteguía” y emblemáticos locales que son parte de la historia de la capital argentina: el Tortoni con ciento sesenta años y El Gato Negro con noventa, por ejemplo.

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Nicolás Artusi, periodista y sommelier de café, describe lugares y baristas para explicar el fenómeno del café en el mundo y en la Argentina. Lo hace con elocuencia y propiedad, pues está involucrado en el tema desde hace mucho tiempo. «Una cosa es Buenos Aires y otra las provincias. Buenos Aires siempre tuvo tradición de café y ahora, con el último relevamiento que hicimos, sabemos que hay setenta cafeterías de especialidad. Hay un verdadero interés y eso me alegra, me enorgullece».

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Buenos Aires mira y adopta la experiencia de las grandes ciudades del mundo en las que el café de calidad se ha impuesto a través de la figura profesional del barista, el respeto a la cadena de producción, a las personas involucradas y al ambiente. En estos cafés, el barista prepara humildemente la bebida y la sirve con una sonrisa. Son sitios para vivir una experiencia, en los que los empleados y los clientes se sienten bien, explica Kim Ossenblok, especialista en el tema.

En la capital más grande del Río de la Plata los actores del mundo del café interpretan la tendencia. Los locales, las propuestas y los baristas se adecuan a clientes que buscan un lugar para trabajar, un momento de encuentro con amigos, una pausa frente a una taza o un café para llevar. Siempre con una consigna: buenos granos y bien servidos. «En cada cafetería hay un cartel que indica la marca de café y eso es lo primero que miro», explica Artusi.

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Los baristas de Buenos Aires se mueven con ritmo, se preocupan por la calidad de las bebidas que sirven, buscan exactitud y se divierten con el latte art. Los pizarrones y las cartas muestran los clásicos espresso y ristretto, los métodos y los cafés fríos con la llegada de la primavera —el cold brew se filtra de 12 a 24 h y es un éxito internacional—. También hay varias opciones con leche (entera, descremada y algunas vegetales), bebidas con helado, tés (la kombucha, tan de moda) y una amplia carta de jugos naturales de los más diversos colores.

La pastelería es sencilla (un par de tortas, magdalenas o similares, bagels, tostadas y tostones, medialunas porteñas) y opciones gourmet para el brunch, el servicio más moda. Hay mucha mesa comunal puesto que en Buenos Aires se trabaja en los cafés. Los espacios están diseñados para ello: mesas cómodas con sillas adecuadas, buena wifi y proliferación de enchufes. En algunos hay pequeños livings para la charla con amigos, hay mesas en solitario que miran hacia afuera y también sillas en la barra.

Las cafeterías de especialidad de Buenos Aires ostentan diseño, originalidad y buena ambientación. Hay una cuidada estética en los detalles, en la carta, hay flores sobre las mesas, sillas de estilo, mesas de buena madera, paredes de ladrillo a la vista y detalles originales: la servilleta para apuntes de Negro Cueva de Café; muchas promociones para enfrentar la crisis y tentar a los turistas; fuerte presencia en las redes; juegos de colores (el negro, rojo y blanco de Barrio Cafetero); arte en Hábito Café y espacio para freelancers en Root Coffee House.

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Algunos son emprendimientos individuales y también hay varias cadenas con locales en los diferentes barrios. Hay muchas barras —Artusi las llama «las cuevas»— de minimalista estética que apuestan al café como pausa breve con un servicio especializado en bebidas para llevar. Aquí la tendencia es que cada uno porte su vaso reutilizable. Al igual que en las grandes ciudades, en Buenos Aires es habitual ver personas con grandes vasos de café —vistosos, coloridos y amigables con el planeta— mientras caminan y mientras pedalean, también.

En Palermo, Recoleta, Retiro, Belgrano, Puerto Madero y San Telmo, entre otros, hay cafeterías de especialidad para todos los gustos: barras, cuevas, grandes superficies. Además están los «bares notables», lugares en los que se reunían músicos, escritores, actores y políticos y que hoy son parte del patrimonio cultural de la ciudad. Cada 26 de octubre, Buenos Aires celebra el «Día de los cafés porteños» y en mayo de 2019 se realizará una nueva edición de FECA, el Festival de Café que ya es tradicional en la ciudad y que congrega a tostadores, especialistas, baristas y consumidores.

Con todas estas opciones, el café es otro ingrediente a tener en cuenta en la próxima visita a Buenos Aires. Además de librerías, parques, cenas y almuerzos, tiendas, teatros y museos, se impone conocer el circuito porteño del café.

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