Mi abuela, de la que tengo hermosos recuerdos, era muy buena en el arte de regalar y, en especial, era una hacedora de detalles, de esos que “hilvanan” las relaciones, que tejen la red de afectos. Estaba atenta a los cumpleaños de los vecinos y de los amigos —los suyos, los de sus hijos primero y nietos después—. En esos momentos y para cualquier otra ocasión, preparaba su famosa torta mármol. Con esa torta esponjosa, con sus cerámicas, tejidos o productos de talabartería demostraba afecto y preocupación, ofrecía detalles que la caracterizaban y que dejaban una impronta en quien lo recibía.
Mi madre cortaba una rosa de su jardín cada marzo para que yo le llevara a la maestra; debo confesar que no me gustaba mucho portar esa flor tan visible, pero era un detalle encantador que las maestras valoraban mucho. Era una flor que ella cultivaba y que condensaba cuidado y esmero; el regalo portaba, además, una importante valoración de la tarea del docente e implicaba el inicio de una relación con perfume a flores frescas.
Muchos años después, en el lugar donde trabajo encontré un “mundo de detalles” que me ha hecho estar cada día más atenta a la cuestión. Además, vivo en un entorno en el que muchas personas de diferentes formas demuestran afecto y presencia: un mensaje de cariño, una llamada, un abrazo apretado o una oportuna mano en el hombro, un regalo o una dedicatoria en las redes sociales que pueden cambiar el día y hacer de cualquier momento algo especial.
Los detalles son importantes en la vida familiar, en la pareja y en los vínculos en general. Demuestran preocupación y refieren a la importancia que le otorgamos a las personas con las que nos relacionamos. El porte del detalle poco importa en realidad, pues es el gesto lo más significativo. Para ello es necesario estar atento al calendario, a las celebraciones, utilizar recordatorios de fechas importantes y poner en marcha la imaginación para generar el medio que vehiculizará el afecto.
En Montevideo hay numerosos locales donde conseguir detalles. Hay tiendas que se especializan en el pequeño obsequio y que son un buen recurso cuando no hay flores en el jardín o es difícil (¿casi imposible?) cocinar una torta mármol, por ejemplo. Conozco muchas porque me encanta ir a mirar, puedo pasarme un muy buen rato entre estantes plagados de objetos que parecen inertes pero que esconden recursos pragmáticos o simbólicos.
Mis Petates. En la web de Mis Petates se menciona que en la tienda “transforman lo cotidiano en un momento agradable” y para ello han elegido objetos diferentes, originales y “con un toque de locura”. Se renuevan con regularidad, así que es conveniente darse una vuelta de vez en cuando para investigar qué ofrecen en los rubros hogar (textil y cocina), artículos de oficina, objetos personales y otros tantos productos muy difíciles de catalogar. En Mis Petates hay precios de todo porte y tienen tres locales, uno de ellos en un centro comercial.
Mercado Verde. Es una tienda gourmet, me atrevo a decir que fue la primera de su rubro en la ciudad. En Mercado Verde hay de todo: sales, aceites, semillas, frutos secos, leches especializadas, tés y cafés. También venden una línea de jabones y esencias, vasos térmicos y bolsas reutilizables para la compra. Todo ello lo convierte en un lugar excelente para proveerse de sal del Himalaya, suculentas pasas de higo, bayas de goji, arándanos rojos tan de moda o algún otro producto un tanto exótico. En esta tienda hay detalles para todos los paladares, desde los convencionales a los más exóticos y los precios varían en función del producto. Mercado Verde es, entonces, una fuente casi inagotable de recursos.
La Papelaria. En La Papelaria hay de todo en un espacio mínimo y la variación de precios es amplísima. Para los detalles hay minilibretas, lápices, palillos decorados, ganchitos de todo tipo, bolsitas reutilizables, tarjetas y mucho (¡mucho más!). Solo hay que ir y mirar, pensar en el objeto y en la persona que puede recibirlo y finalmente dejar volar la imaginación. Es fundamental no tentarse demasiado porque todo suma…
La feria vecinal. En la feria del barrio hay flores, plantas, alguna que otra fruta diferente, hierbas, conservas, dulces y quesos artesanales. Las ferias son un surtidor de ideas y en algunas se consiguen objetos muy originales, además.
Gracias a Eva. Me gusta este lugar pues fue uno de los pioneros en Montevideo. En Gracias a Eva se consiguen objetos de todo tipo: jabones, limas, esencias, manualidades, latas, bufandas, pequeños muebles. El stock es muy variado y se renueva con regularidad. La vidriera invita a entrar y el lugar es muy cálido. Hay tantos objetos que hay que moverse con cuidado, no me imagino ir con un niño pequeño, por ejemplo.
Tu casa. Casi con seguridad tu casa es una cantera fantástica de la que se pueden extraer detalles para diferentes ocasiones. Cuando el presupuesto escasea o cuando el objetivo es simplemente sorprender, se puede echar mano a sobrecitos de té o café, una tarjeta improvisada, un sobre de papel de colores que en su interior porta una frase, caramelos, un diseño digital para redes sociales y un largo etcétera.
Pinterest. En Pinterest se encuentran imágenes y frases para lo que sea. También tutoriales para armar bolsas de papel, sobres, tarjetas y manualidades de todo tipo. El buscador es muy bueno así que solo hay que escribir el tema en cuestión o utilizar los tableros. Por ejemplo, en “Hazlo tú mismo/Artesanías” hay diferentes rubros: entre otros, Decoración, Costura, Bordado, Libro de Recortes. Este último es perfecto para inspirarse al momento de crear tarjetas artesanales.
Facebook, Twitter, Google. Las redes sociales e internet también son recursos que nos proveen detalles. A diario nos encontramos con noticias que refieren a intereses de nuestros afectos y solo tenemos que enviarles el enlace para que puedan acceder a ese recurso. Puede ser una receta, un libro, un posible viaje, un curso o una frase inspiradora para un momento crucial. ¡Lo importante es conectar! ¡Y el WhatsApp es una herramienta fantástica si se usa bien, obviamente!
Hola Gabriela, bellísimo tu post, me encantó. Estoy totalmente de acuerdo con que los detalles son importantísimos, a veces una simple notita garabateada con cariño puede cambiar el día. 🙂
¡Saludos!
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Que buena guia Gaby! Buenisimos detalles de cada lugar!
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Excelente !!! Me siento totalmente identificada, me gusta elegir algo especial y significativo para regalar, me encanta sorprender y dar ese toque de cariño.
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Absolutamente de acuerdo con el valor incomensurable que aporta cada detalle. Bien decía mi abuela «que en los detales está el todo»
Me encanta proveer de detalles a los seres queridos en ocasiones especiales y también en momentos que elija según el detalle que encuentre, siempre conociendo los gustos de los destinatarios.
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Felicitaciones Gabriela! Que lindo es regalar y recibir «un detalle».
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Gaby ¿Cómo no recordar a tu abuela ?
Esa hermosa figura , aún permanece nítida en mi memoria Su cabello agrisado, recogido con un moño . Ese moño era el detalle , que le daba ese aire tan distinguido , junto con su amigable sonrisa.
Me encantan los detalles y coincido en la importancia que tienen. Me encantó cuando dices que la elección te hace pensar en la persona a quien va a llegar el presente o sea el detalle . Creo que así debe ser.
Muy amplia la enumeración de la oferta del rubro en el medio . Es casi una guía.
Abrazos.
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Gracias por este aporte de » Detalles» Gabriela.
Muy buena la información de los lugares y del uso de aplicaciones.
Por ej el de Pinterest.
El artículo es muy sugerente!
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